Patrizia Romito
Micaela Crisma
Publicado en lapso en idioma original frances en :
2009/1 (73)
páginas 31-39
Resumen
El Síndrome de Alienación Parental ( SAP ) se utiliza para explicar situaciones en las que, después de la separación, el padre a quien se coloca al niño, generalmente la madre, se opone a los contactos padre-hijo, para denunciar para la violencia sexual. Estas denuncias son siempre falsas, el resultado del adoctrinamiento de la madre de sus hijos. Este "síndrome" es todavía controvertido: no recibió la aprobación de la comunidad científica y entre sus partidarios, muchos de ellos tienen una posición cercana a la pedofilia. El objetivo de este artículo es describir el contexto en el que nació "síndrome" y que demuestra que ésta es una estrategia para ocultar la violencia contra las mujeres y los niños…
La
violencia en las mujeres y los niños dentro de la familia es un fenómeno
extendido y devastador. De acuerdo con estimaciones de los países
industrializados, del 15 al 30% de las mujeres han sufrido violencia física o
sexual por parte de una pareja o ex pareja (Seager, 2003). En cuanto a los
niños, aproximadamente el 10% sufren de abuso físico grave en las familias
(mayo-Chahal y Cawson, 2005). Del 5 al 10% de las niñas y adolescentes han
sufrido acoso o abuso sexual por un miembro de la familia; la violencia
también afecta a los niños, incluso si es menor número (Halperin et al, 1996;.
Bolen et al., 2000).Esto es especialmente de la violencia masculina. Que
la "violencia doméstica" se suele denominar la violencia de un hombre
en una mujer, ya sea novia, esposa o novia. La violencia sexual, física y
psicológica contra los niños dentro de la familia también se ejercen sobre todo
por los padres o por quien actúa (UNICEF, 2003).
Frente
a la realidad de la violencia masculina es una tarea difícil, ya que muchos
tratan de evitar. No sólo es difícil
ser enfrentados con la crueldad humana (Bandura, 1999) o el dolor, a
veces insoportable para presenciar el sufrimiento de los demás. Reconocer
la violencia masculina significa hacer frente a las mismas estructuras de una
tradición patriarcal de la sociedad, desafiando una idea de la familia basada
en el amor y el respeto, y reconocer la existencia de aspectos preocupantes de
la sexualidad masculina.
Desde
una perspectiva histórica, gran parte de la violencia se ha considerado
legítima o legal: basta pensar en la excepción de la violación por el cónyuge en el delito de
violacion , solamente derogada en la década de 1990 en la mayoría de los países
europeos y todavía en vigor en los Estados Unidos. Cuando ya no era
posible considerar como legítimas, la compañía ha puesto en marcha diversas y
eficaces estrategias de ocultación.
La
violencia sexual en los niños, por ejemplo, ha sido comparado con un río
cárstico, un fenómeno que se hace visible en ciertos momentos históricos - por
ejemplo, durante los años entre el XIX ° y XX ° siglo,
y en las últimas décadas del siglo pasado - y luego desaparecen de nuevo bajo
tierra, como si la sociedad, incapaz de luchar, al menos quería evitar ver la
(Olafson et al, 1993; Romito., 2006).
Desafortunadamente, algunas
teorías psicológicas y psiquiátricas han contribuido en gran medida a ocultar
la violencia sexual, a menudo sobre la base de los prejuicios sociales,
transformando en teoría, que las víctimas - las mujeres y los niños - mienten,
inventan, exageran o fantasean. Un ejemplo, el "Síndrome de
Alienación Parental" ( SAP ), que ahora se menciona a menudo en
los tribunales en los casos de violencia contra los menores llevados a cabo por
uno de los padres después de la separación de la pareja. Dada este vasto y
acrítico uso en un entorno donde las decisiones de los jueces tienen graves
repercusiones
en la vida de las personas involucradas, uno se pregunta si
el SAP puede tener una base científica y en qué medida.
El
síndrome de alienación parental
Cuando,
después de la separación, un niño se niega a reunirse con el padre a quien no
se le dijo - por lo general el padre - dice que tiene miedo, y es apoyado por
su madre, que evoca el síndrome alienación parental ( SAP ). El
niño se niega a ver a su padre, no porque temía, sino porque su madre hubiera manejado
en esta dirección. El SAp se presenta así como si se tratara de una
categoría psiquiátrica objetiva, un diagnóstico científico; La
consecuencia de este "diagnóstico" es que los temores del niño y la
posibilidad de violencia contra él están infravaloradas.
La
“alienación parental” la "inventó" en 1985 Richard Gardner, un psiquiatra
estadounidense. La “alienación parental” estaría presente en los casos de
divorcio o separación y es a menudo acompañada de falsas acusaciones de abuso
sexual de menores. Uno de los padres, casi siempre la madre,
"programaría" niños, a través de una especie de lavado de cerebro, para
denigrar al padre, destruyendo
gradualmente la relación padre-hijo. En el caso de SAP , de
acuerdo con Gardner, cualquier acusación de violencia o abuso pronunciadas por
los niños deben considerarse infundadas, ya que surgen desde el adoctrinamiento
del progenitor alienador (Gardner, 1999 a ).
Los
llamados "falsas acusaciones" de abuso de menores por separación de
fases
Gran
parte de la construcción de La “alienación parental” se basa en la
afirmación de que, en la separación de fases de la pareja, hay un gran número
de quejas de violencia paterna en los niños criados por madres y que estas
quejas son casi siempre falsas . Sin embargo, los datos disponibles para
nosotros contradicen esta tesis. Las investigaciones realizadas en los Estados
Unidos (Tjaden y Thoennes 1990) analizaron 9.000 casos de divorcio en el que
había un conflicto relacionado con el cuidado de niños. En menos de 2% de
los casos, uno de los padres se había quejado de la violencia sexual. Para
decidir la base de estas acusaciones, los autores se basaron en evaluaciones de
expertos, los operadores de servicios de protección de menores y la salud
mental: entre estas quejas, la mitad se fundamenta; un tercio eran poco
probable; en otros casos no había suficiente información para
decidir. Algunos de los criterios utilizados para decidir la "poca
probabilidad de un caso" son discutibles, sin embargo, el niño era muy
joven, había sólo un episodio de violencia y, aún mejor, había un conflicto
serio entre los padres! El hecho de que no siempre tenemos éxito en la
prueba de los méritos de una denuncia es más bien una indicación de las
dificultades de los agentes a prueba de la falsedad de la propia denuncia.
En un
estudio canadiense (Trocmé y Bala, 2005) analizaron 7672 casos de abuso de
niños reportados a los servicios sociales en el 4% de los casos solamente,
denuncias eran falsas. En caso de conflictos por la custodia de los hijos
después de la separación, la cifra más alta apareció: 12%; falsas
acusaciones negligencia en lugar de que se trate ( negligencia )
que la violencia sexual. Por otra parte, las falsas acusaciones fueron
hechas con más frecuencia por los padres sin custodia, por lo general los
padres (15%) que por el otro progenitor, por lo general las madres
(2%). 7672 en los casos de abuso, había sólo 2 falsas
acusaciones en contra de un padre no tiene la custodia.
En
resumen, las denuncias de violencia en la separación de parejas no son
frecuentes y son muy rara vez equivocadas- . Además,
basta pensar en la frecuencia del abuso sexual de menores que realizan los
miembros masculinos de la familia a darse cuenta de que el verdadero problema
no son las falsas denuncias o "falsos positivos", sino más bien
"falsos negativos "es decir, los casos en que la violencia denunciada
por un padre o un niño se considera infundada y por lo tanto infravalorada,
mientras que tuvo lugar la violencia, ya veces todavía existe.Todavía en la
base científica de la “alienación parental”
La “alienación parental” se
cita a menudo como si se tratara de un diagnóstico clínico probado científicamente. En
realidad, no hay datos científicos sólidos que apoyen su existencia: se basa
únicamente en algunas observaciones clínicas de Gardner, es "diagnosticado",
basado
en
criterios formulados por el propio autor, y
Nunca ha sido verificado por estudios controlados.
La
“alienación parental” nunca ha sido incluida en el DSM , el Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales se utiliza en todo el
mundo. En el "Informe de Violencia Familiar", la American
Psychological Association ( APA ) insta a los psicólogos a prestar
especial atención a los casos de violencia y a no infravalorar las
declaraciones de los niños:
"Aunque
no hay evidencia del llamado síndrome de alienación parental, según el cual se
critica a las madres, ya que interferirían con la unión del hijo al padre, la
expresión todavía se utiliza hoy en día por algunos expertos y los tribunales que
ignoran los temores de los niños en circunstancias difíciles y en los casos de
violencia psicológica "( APA , 1996, p.40) y otra vez:" a
menudo los tribunales minimizan el daño que sufren los niños que asisten a la
violencia entre sus padres y otras veces son reacios cuando se trata de madres
que creen. Si la Corte, antes de decidir la custodia, ignora el contexto
de la violencia como el comportamiento de la madre, (que) le parecerá hostil,
poco cooperativo y mentalmente inestable "(APA, 1996, p.100).
La "Terapia"
propuesta para casos de SAP
Gardner
hizo recomendaciones sobre la terapia a aplicar para alienar a los padres
(madres) y sus hijos adoctrinados. Se habla de tres niveles de gravedad
de la “alienación parental” : leve, moderada y grave. Dicho
tratamiento se puede aplicar en los dos primeros niveles; en el tercer
caso, sería esencial que la custodia se otorgará al padre alienado, es decir,
el padre denunciado por la violencia (Gardner, 1998).
Se
propone la terapia familiar, en un entorno supervisado. Según Gardner, el
progenitor alienador tendería a elegir terapeutas hostiles a los hombres y dispuestos
a creer los cargos de abuso; el juez tendrá que oponerse a que los niños sean
vistos por el profesional elegido por este padre. El terapeuta debe tener
un enfoque autoritario, incluso amenazador, con el apoyo del juez, que también será dispuesto a castigar con una
multa, por las limitaciones económicas, cambiando los arreglos de la custodia o
en la cárcel, sin ninguna duda o interferencia de la madre en las visitas del
niño a su padre. Por otra parte, la confidencialidad puede ser revocada y
el terapeuta podría traer al juez o al padre toda la información necesaria.
En
cuanto a la relación con el niño, el terapeuta debe ignorar sus quejas:
"Debe ser fuerte y ser capaz de soportar los gritos y las declaraciones
sobre el peligro de abuso" (Gardner, 1999 a , p 201.
). Él usará ciertas técnicas para forzar al niño, decirle a él, por
ejemplo, que su madre va a ir a la cárcel si continúa negándose a ir a su
padre.
En
resumen, Gardner propone cruzar los límites que la ética profesional requiere a
los terapeutas.
La “alienación
parental” y la violencia contra las mujeres y los niños
En
muchos casos de separaciones conflictivas donde la “alienación parental” se ha mencionado, hay
situaciones de violencia y abuso de niños y / o de la madre. Es obvio que
si el terapeuta o magistrado considera las declaraciones de los niños como el
resultado del adoctrinamiento del progenitor alienador, no considerara la posibilidad de que realmente
se haya producido la violencia.
La
violencia contra las mujeres y los niños puede continuar incluso después de la
separación. Se incluye un estudio realizado en Gran Bretaña, donde 53
mujeres separadas de sus maridos violentos fueron seguidas durante varios
años. Entre ellas, 50 fueron atacadas en varias ocasiones cuando se
encontraron con su ex por el "intercambio" de niños, y la mitad
de ellas han experimentado violencia física o sexual por el padre durante las
visitas (Radford et al. 1997; Radford y Hester, 2006). A veces que los
niños se niegen a ver al padre fue interpretado como un síntoma de la “alienación parental” ;
estas madres fueron entonces consideradas como egoístas, poco cooperativas
y hostiles, y algunas de ellas incluso, por tanto, han perdido la custodia de
los hijos.
ejemplos
dramáticos de estas situaciones se han documentado en Francia gracias a un
estudio del Colectivo Feminista contra la Violación (1999), en colaboración con
la Delegación Regional de Derechos de la Mujer en la región de Ile-de-France.En
dos años (1996 y 1998), 67 casos de "abuso sexual incestuoso en el
contexto de la separación de los padres" fueron encontrados, con un total
de 94 menores de edad involucrados, especialmente las niñas, que acusó a la
mayoría de ellas a su padre. En el 77% de los casos, los niños habían
descrito claramente las agresiones, a menudo muy graves, y dieron el nombre de
su atacante. En 1999, cuando se redactó el informe, 51 quejas habían sido
presentadas. Sin embargo, en más de la mitad de los casos, las quejas se
cerraron sin siquiera una investigación
preliminar; en el 22% de los casos, la madre no pudo obtener ninguna
información, no sabía lo que estaba pasando; 9% de los casos se llegó a la
conclusión de un despido; un atacante había sido condenado; en otros
casos, la investigación o el juicio estaban todavía en curso. Aunque los
expertos y los jueces no evocaron explícitamente la “alienación parental”
desacreditaron a las madres y a los niños, se las acusaba de que estaban
manipulando a los niños y
fueron descriptas por los expertos como "neuróticas, histéricas, vengativas". Por otra parte, en el 20% de
los casos, las madres, padre protector, habían sido criticadas a su vez por no
querer confiar al niño al padre durante la visita por el juez, un tercio de ellas
fueron condenadas .
El caso atrajo la atención
de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que ha enviado a
Francia un "relator especial",
Juan
Miguel
Petit. En su informe (2004), Petit admite que en Francia las personas que sospechan o denuncian la
violencia contra los niños, especialmente si son madres, se enfrentan a enormes
dificultades y pueden ser a su vez acusadas de mentir o manipular los
niños. También se refiere al caso de las madres divorciadas que prefieren
huir y abandonar su país en lugar de confiar sus hijos a los maridos
sospechosos de la violencia. Sobre las acusaciones del asalto sexual
paterno filial aparecen como menos creíbles si surgen en el contexto de un
proceso de divorcio, se afirma que "un examen cuidadoso de las razones por
las que los padres se estaban divorciando reveló un patrón de violencia
doméstica en la familia, incluida la violencia doméstica contra la
madre. Por lo tanto, el problema del abuso sexual de los niños tal vez se
debe considerar en mayor profundidad como una de las razones, y una de las
principales razones para el divorcio "(p. 14).
Petit
recibió un llamamiento firmado por 157 médicos y pediatras que denuncian haber
sido sometidos a medidas disciplinarias por el Colegio de Médicos cuando se
informo a las autoridades de los probables casos de abuso de menores, y la no
asistencia a estos niños. En conclusión, señaló que "muchas personas
que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito de la protección infantil,
en particular en el poder judicial, todavía se niegan a reconocer la existencia
y el alcance de este fenómeno, no puede aceptar el hecho de que muchas de las
acusaciones de abuso sexual puede ser verdad "(p. 20).
Minimizar
los efectos de la violencia sexual en los niños
En uno
de sus últimos artículos, Gardner (2002 b ) responde a la
crítica, argumentando que él nunca apoyó la pedofilia. Sin embargo, según él
(Gardner, 1992) los encuentros sexuales
entre niños y adultos no son necesariamente traumáticos , calificó de
"exagerada" la reacción de la gente a la violencia. Añadió que la sociedad
debe cambiar su acuerdo con el comportamiento de condena a pedófilos, no castigar e incluso reconocer su
papel fundamental para la supervivencia de la especie humana. En última
instancia, el padre violento ha tenido la mala suerte de vivir un momento
histórico en que la pedofilia es mal vista (1992, p. 593).
Muy a
menudo, según Gardner, la violación al niño no necesita psicoterapia. Los
principales efectos no están relacionados con la violencia como tal, sino en
las reacciones provocadas en la sociedad después de su
descubrimiento. Reacciones de madre "histérica" lo harían particularmente peligrosa:
"Si la madre respondió
a la violencia con la histeria [...] entonces el terapeuta debe tratar de
calmarla [...] su transmisión de histeria al niño le da la idea de que un
crimen atroz se ha cometido y por lo tanto disminuye cualquier posibilidad de
una reconciliación con el padre. Hay que poner en práctica todo que sea
posible para ayudar a reconsiderar este "crimen" en su justa
dimensión. Se le hará entender que en la historia de la mayoría de las
sociedades, estos comportamientos
se han generalizado y son todavía actuales "(1992, p. 584-585).
Por lo
tanto, las principales intervenciones terapéuticas se llevarán a cabo, de
acuerdo con Gardner (1992, 1998 y 1999 una )
- calmar la histeria de la madre y su
excesiva molestia por lo que una pareja sexualmente insatisfactoria hace
(y aconsejó el uso de un vibrador para superar las inhibiciones);
- tranquilizar al padre violento y al niño en
la normalidad de las relaciones sexuales entre adultos y niños de otras
culturas y contextos históricos;
- ayudar al niño precozmente sexualizado a
satisfacer sus necesidades sexuales no satisfechas por lo que sugiere la
masturbación.
Parece,
pues, un paralelismo sorprendente entre lo que el psiquiatra Gradner y las
teorías de movimientos pedófilos promueve, donde se hace hincapié en la
seguridad de la violencia sexual, lo que daría placer al niño sin consecuencias
negativas (véase De joven, 1998; Romito, 2006). Estas explicaciones
corresponden a la racionalización de los abusadores, que tienden a negar la
violencia, la falta de empatía por la víctima y negación de su sufrimiento.
La comunidad científica,
que está totalmente de acuerdo en que la violencia sexual contra los niños es
un trauma, seguido de graves
consecuencias
a corto y largo plazo: el trastorno de estrés postraumático (Herman, 1992), la
disociación (Putnam, 2001), trastornos de la alimentación, huyendo, ideación
suicida, la práctica de auto-daño, así como trastornos del desarrollo
psicosexual (Malacrea y Lorenzini, 2002). Si los niños no tienen síntomas
cuando la violencia está en curso, lo más probable es que van a tener
consecuencias más tarde.
¿Quién
fue Richard Gardner?
La "alienación
parental” se debe evaluar desde un punto de vista científico, y esta evaluación
es negativa. Pero otras pruebas sobre el propio autor contribuyen a dudar
de su buena fe. Gardner publicó una serie de libros, pero siempre a través
de su propia editorial, Terapéutica Creativa. Sus artículos son firmados
solamente por él; en sus bibliografías que apenas menciona a sí mismo, y
que no conoce ninguna estadística o investigación que puedan contradecir sus
afirmaciones.
Gardner
murió el 25 de mayo de 2003, en circunstancias, según el New York Times,
sospechosas. Posteriormente, el periódico corrigió la información errónea
dada por el obituario que indica que el médico no era profesor de la
Universidad de Columbia Gardner, como siempre había reivindicado, pero sólo un
contribuyente voluntario y no remunerado .
conclusión
"Si
el verdugo puso al equipo puede ser muy tentador. Todo verdugo pide es que el testigo no haga nada. De
esta manera, se apela al deseo universal de no ver el mal, no oír, no
hablar. La víctima (en su lugar) contara al testigo para poder compartir
la carga de su sufrimiento; quiere acción, compromiso, no se puede olvidar. Para
eludir la responsabilidad de sus crímenes, el verdugo hace todo lo posible para
promover el olvido. El secreto y el silencio son la primera línea de
defensa. Si se derrumba, el verdugo atacara la credibilidad de la
víctima. Si es capaz de silenciar por completo, se asegurará de que nadie
este escuchando. Para este fin, se despliega una impresionante batería de
argumentos, que van desde la negación más descarada a la racionalización más
sofisticada "(Herman, 1992, p. 7-8).
En
1988, un reconocido experto sobre la violencia contra los menores, el
estadounidense Jon Conte y define la "alienación parental” :
"Esta es probablemente la peor basura pseudocientífica que he conocido en
esta región en toda mi carrera. Desarrollar políticas sociales en algo tan
insustancial es increíblemente peligroso "(Myers, 1997, p. 138).
Aunque la "alienación
parental” no tiene ningún valor científico, tiene un enorme poder cuando
se trata de apoyar las decisiones de los jueces bajo la custodia de los hijos
en las separaciones de conflicto. Incluso parece que con este poder social
la "alienación parental” es inversamente proporcional a su
valor científico, en su fiabilidad como herramienta
de diagnóstico. Esta paradoja se explica en el hecho de que la "alienación
parental” responde perfectamente a las necesidades, en términos de
legitimidad científica, o al menos pseudo-científica, de la corriente
"denegación NIST" que niega la frecuencia, severidad y la
responsabilidad de la violencia contra los menores especialmente si la
violencia es ejercida por un hombre de la familia o de la familia del niño
(Romito, 2006). En Italia, Internet está llena de sitios que apoyan
la "alienación parental” o proporcionan instrucciones y medios
para demoler un cargo de abuso sexual. Estos sitios son administrados por
supuestas asociaciones de psicólogos y "expertos" o asociaciones de
padres separados, y se caracterizan por atacar relatos de violencia emitidos
por niñas, niños violados/as, y más aun contra sus madres protectoras y contra los profesionales
que les dan apoyo.
Olafson,
Corwin y Summit (1993) cuestiónan si la
corriente revisionista actual podría llegar
a eliminar de la conciencia social la
violencia sexual en los niños. Y añaden: "Si sucede, no será porque
el abuso sexual de menores sea un interés social secundario, sino porque precisamente es tan central que, como sociedad, preferimos
negar que en vez introducir en nuestro pensamiento, en las instituciones y en
la vida cotidiana de estos cambios son esenciales para mantener el alto nivel
de conciencia sobre la victimización de los niños "(p. 19).
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