miércoles, 1 de enero de 2014
CONFERENCIA
“ MUJERES
DAÑADAS POR EL EJERCICIO DE LA PROSTITUCIÓN”.
Dr. Francisco
Orengo García
Médico Psiquiatra
Unidad Psicosocial.
Dirección General de la Mujer.
Comunidad Autónoma de
Madrid.
Introducción
En el marco del
encuentro de trabajo sobre víctimas de la prostitución y tráfico de mujeres con
fines de explotación sexual organizado por la Dirección General de la Mujer de
la Comunidad Autónoma de Madrid el pasado mes de Octubre de 2001, se presenta esta
ponencia sobre los daños psíquicos y físicos que la prostitución causa en las
mujeres que la ejercen.
Violencia y daño psíquico
Existe en los últimos
años una línea de trabajo en Salud Mental y Psiquiatría que se ocupa de la
prevención, diagnóstico y tratamiento de las personas que, como las mujeres
prostituidas, son sometidas a graves abusos y maltratos en la esfera
psicosexual o también las que han sido victimas de violencias inusuales. Los
programas terapéuticos incluidos en instituciones como la propia administración
de veteranos americana, o las llamadas “Clínicas de Trauma” extendidas por
instituciones psiquiátricas de las mejores universidades y hospitales
americanos, holandeses, alemanes etc. se encuentran enmarcadas dentro de lo que
se viene conociendo como Psicotraumatologia.
Independientemente del
largo pasado histórico del concepto que quedaría por razones de espacio fuera
de esta introducción, éste se refiere a aquella clínica que se agrupa en dos
grandes grupos nosológicos dentro de los trastornos psíquicos, como son los
trastornos por estrés postraumático y los trastornos disociativos, sin
descartar otras entidades psiquiátricas que aparecen con frecuencia de forma
comórbida (depresión, ansiedad, bulimia, intentos de suicidio, abusos de
sustancias, trastornos somatoformes etc.).
Realidad social y
violencia de género
Los datos exactos de
prevalencia de maltrato, violencia y abuso sexual existente son desconocidos
por la difícil obtención de datos reales. Los datos oficiales hablan de
un 10-12% de la población afectada por formas severas según fuentes
diversas (Ministerio de Justicia, Dirección General de la Mujer, IMAIN). Según
el Instituto de la Mujer, más de 20.000 mujeres formularon denuncias por malos
tratos en los juzgados españoles durante 2000. En cuanto a las mujeres que se
prostituyen y son usadas por prostituidores, resulta imposible determinar su
número exacto pero datos recientes (Barahona 2001) estiman la existencia en
España de unas 300.000 mujeres en el ejercicio de prostitución.
En cuanto a las
consecuencias que los diferentes tipos de maltrato producen a nivel psíquico,
es creciente la literatura científica que demuestra la existencia de una
relación causal entre los malos tratos y abusos de toda índole y el
desarrollo de patologías psiquiátricas graves.
De hecho, existe en la actualidad todo un acerbo de datos
clínicos que demuestran que los pacientes abusados y maltratados brutalmente
desarrollan síntomas como pesadillas terribles, falta de capacidad de respuesta
al medio, agresividad, conductas de evitación y/o episodios de pánico y
alucinaciones dentro de lo que se conoce como trastorno de estrés
post-traumático. Mas abajo se explica con mayor detalle el trastorno.
También se sabe, que
muchos de los intentos de suicidio múltiples en jóvenes, las autolesiones,
ciertas formas de bulimia que llegan a constituir hasta un 30% de los llamados
trastornos de alimentación, tiene una vinculación causal con el maltrato y
abuso, sobre todo sexual. Finalmente, muchos pacientes con abusos de
sustancias, las consumen desde una situación psíquica compatible con un estado
disociado de consciencia.
Prostitución, estrés
postraumático, lesiones físicas y repercusiones sobre la sexualidad
Corroborando las
impresionas clínicas ya existentes, en el estudio internacional sobre estrés
postraumático y prostitución realizado en cinco países (Zambia, USA, Tailandia,
Turquía y Sudáfrica) con 475 mujeres se encontró (Farley et al.,
1998) que:
1º) 67% cumplían
criterios diagnósticos de estrés postraumático
2º) había una fuerte
presencia de abuso sexual infantil (50-90% en diferentes estudios) y una
importante correlación del mismo con síntomas de estrés postraumático.
Independientemente de
estas manifestaciones psíquicas se encontraron en el ámbito físico otras que
las acompañan como son:
* heridas,
magulladuras, fracturas óseas, hematomas en los ojos y contusiones. En un
estudio reciente ( Parriott, 1994) se encontró que un 50% de las mujeres
prostituidas habían sufrido un abuso físico por sus “clientes”. De ellas, un
23% habían sufrido palizas que habían producido fracturas óseas y un 90% de las
mujeres en este estudio habían experimentado violencia en sus relaciones
con el resultado de abortos, pérdida de consciencia y/o heridas en la cabeza.
Solo un 15% de las
mujeres en este estudio no habían tenido nunca una enfermedad de trasmisión
sexual como clamidiasis, gonorrea, sífilis o herpes. Los problemas
ginecológicos son frecuentes pero, especialmente, constituyen una verdadera
plaga el dolor pélvico crónico y la enfermedad inflamatoria pélvica. También se
encontró una alta incidencia de citologías vaginales indicativas de alguna
forma de carcinoma de cuello de útero.
Por otro lado, en el
estudio ya clásico de James y Meyerling (1977) con 136 mujeres entre 18 y 42
años, se hallaron los siguientes resultados en la comparación de las
conductas sexuales de dos colectivos, unas prostituidas, otras no:
* las prostituidas
habían aprendido en el campo de las conductas sexuales más de experiencias
personales que de lo que les habían enseñado en casa sus padres
* siendo niñas, habían
tenido más “aproximaciones” sexuales por gente adulta
*se habían visto
envueltas con mayor frecuencia en relaciones incestuosas con sus “padres”
(17% de los casos)
* generalmente habían
iniciado su actividad sexual a una edad más precoz (18% <12 años)
*con mayor frecuencia,
no habían tenido más relación con su primer pareja coital que esta.
*habían experimentado
una mayor frecuencia de violaciones (57%).
Veamos a continuación
a propósito del colectivo de personas prostituidas como se manifiesta el
TPET.
El Trastorno de Estrés
Postraumático
Este trastorno,
incluido en la clasificaciones de enfermedades de la Organización Mundial de la
Salud desde 1980, incluye las siguientes manifestaciones:
a) Evocaciones de
los acontecimientos traumáticos en forma de recuerdos o imágenes en estado de
vigilia o de sueño sintiendo como si el horror pasado estuviera ocurriendo otra
vez.
b) Desapego
emocional claro, con embotamiento o “acorchamiento” afectivo, desinterés por
las personas y las cosas así como la sensación de un porvenir acortado.
c) Conductas de
evitación de personas, lugares o actividades que podrían reavivar el recuerdo
del trauma.
d) Síntomas
vegetativos de hiperalerta como insomnio, irritabilidad o accesos de cólera y
sensación de estar permanentemente “en guardia”.
e) Sensaciones de
despersonalización, como viviendo la vida a través de un cristal o metida
dentro de una burbuja, a veces sin ni siquiera tener sensaciones del propio
cuerpo y
f) Repercusión
sociolaboral
El TPET puede ser
agudo, crónico o de instauración diferida. La forma aguda es aquella que
aparece en los dos a cinco meses después de acontecido el trauma severo. La
forma crónica es la que perdura después de seis meses del acontecimiento o
acontecimientos traumáticos y la diferida es, como su nombre indica, la que
aparece en un momento posterior.
Otra forma de
trastorno de estrés postraumático que se va adquiriendo a lo largo de la vida
en base a terribles experiencias de abuso y negligencia repetidas se conoce en
la literatura profesional como estrés postraumático complejo ( HERMAN 1994) .
En las reuniones del comité de expertos para la confección del DSM IV se habló
de este tipo de trastornos como “trastornos por estrés extremo”.
Algunas de las
características mas importantes del TPET complejo son:
1ª) Se origina como
consecuencia de una exposición precoz (infantil) y continuada a la violencia,
el maltrato o la negligencia emocional grave.
2ª) Produce una
alteración importante de sentido del Yo (identidad)
3ª) Da lugar a una
capacidad de modulación afectiva pobre
4ª) Produce una
alteración en el control de impulsos que facilita las auto y heteroagresiones.
5ª) Origina una falta
de confianza en los demás que repercute en las relaciones intimas
dificultándolas y facilitando la fobia social.
Psicoterapia
rehabilitativa de los daños causados por la violencia ejercida contra la mujer
en el ejercicio de la prostitución
Esquemáticamente se
podría decir que así como cuando se rompe un hueso la función fundamental es
restituir la forma y la función del mismo, siendo necesario para ello un
diagnóstico exacto del tipo y localización de la fractura, un vendaje o férula
adecuadas y una rehabilitación pertinente, del mismo modo cuando una persona
sufre un maltrato tan brutal como el acontecido en el ejercicio de la
prostitución, su aparato psíquico sufre una o más “fracturas”.
En primer lugar, por
efecto del miedo, de la coacción y del dolor infringidos se altera y
distorsiona la percepción sensorial llegándose hasta la pérdida de la relación
espacial entre objetos. Los abusos y maltratos sexuales, rompen asimismo la
vinculación entre sexualidad y afecto invirtiéndose su relación que pasa a ser la
de dos opuestos.
Alguien abusado
sexualmente de manera repetida y a edad precoz pierde o mejor, le es
arrebatada, su capacidad de gozar dando y recibiendo afecto y ternura,
pervirtiendo sus sentidos y convirtiendo su sexualidad y sus sentimientos en enemigos
o en dos aspectos separados entre sí. Este es un daño psíquico susceptible de
ser evaluado y tratado desde la Psiquiatría y Psicoterapia actuales.
El concepto esencial de
psicoterapia para este tipo de trastornos es el de integración y catarsis. La
integración o reintegración es asimilable a la función que realiza el
traumatólogo o el cirujano que reúne los fragmentos del hueso o víscera y
los cose o une de nuevo para restituir la forma y posteriormente la función. En
la mente las cosas ocurren, mutatis mutandis, de manera similar. Si el trauma
es actual el proceso de separación de los fragmentos dependerá más del impacto
traumático que de los efectos que el mismo pueda haber desarrollado en el
tiempo. Si por el contrario el maltrato traumático es antiguo, la labor de
búsqueda de los fragmentos puede llevar la mayor parte del trabajo inicial. En
ambos casos es trabajo arduo que exige gran delicadeza y dedicación, pues a
diferencia del cirujano o traumatólogo que cortan, cosen y en ocasiones
amputan, el psiquiatra/psicoterapéuta debe evitar la retraumatización del
paciente evocando recuerdos demasiado dolorosos o provocando respuestas de
miedo y temor incapacitantes.
Es por ello que el
trabajo de reconstrucción y rehabilitación debe estudiar los recursos
psicológicos de que disponía el paciente antes de la situación traumática, dado
que es esencial ajustar la terapia a cada
caso.
Todo este trabajo es
delicado, requiere suma paciencia y debe ser llevado a cabo por profesionales
con formación psicopatológica y psicoterapéutica especializada y con gran
sensibilidad para los problemas sociales.
Dicho trabajo es
realizado actualmente en la Unidad Psicosocial de la Dirección General de la
Mujer de la Comunidad Autónoma de Madrid, centro de tratamiento especializado
de tipo psicoterapéutico y social dirigido a mujeres víctimas de violencia de
género, de pareja o doméstica.
Conclusiones
Los efectos que la
prostitución tiene sobre la salud son devastadores. la prostitución,
especialmente en la infancia, es al menos tan efectiva como la guerra en
producir trastornos por estrés postraumático. los que sobreviven padecen
generalmente una mezcla de depresión, ansiedad y trastornos disociativos.
lesiones cerebrales, psicosis y suicidios son comunes. alteraciones
psiquiátricas crónicas, enfermedades somáticas severas y los efectos de la
acumulación de heridas acortan sus vidas.
Literatura
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"El síndrome de Estocolmo en mujeres
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"El síndrome de Estocolmo en mujeres prostituídas". Consuelo Barea
Domingo 2 de julio de 2006
EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO EN MUJERES PROSTITUIDAS
Por la Dra. Consuelo Barea Payueta Barcelona lunes, 29 de
mayo de 2006
LA PROSTITUCIÓN ES UNA ACTIVIDAD TRAUMÁTICA CONSECUENCIA DE
LA VIOLENCIA DE GÉNERO
“La prostitución tiene que ser entendida como violencia
sexual contra la mujer” .
La violencia masculina allana el terreno para la
introducción de las víctimas en la prostitución
Para hablar de secuelas psicológicas de la prostitución hay
que referirse inevitablemente a los trabajos de Melissa Farley (2) . En el
estudio realizado a 130 mujeres prostituidas de San Francisco, se concluye:
• 57% habían sido abusadas sexualmente de niñas, con una
media de 3 abusadores
• 49% habían sido maltratadas físicamente de niñas por los
adultos que las cuidaban
Otros autores dan cifras más contundentes: “varios estudios informan que entre el 55 %
y el 90 % de las personas en la prostitución informaron de antecedentes de
abusos sexuales en su infancia. La mayoría de ellas afirman que el abuso
que sufrieron en su infancia ha influido en su entrada en la prostitución.
Haciendo un cálculo prudente, se estima que la media de edad de entrada en la
prostitución en Estados Unidos es de 13-14 años” (3) .
Según Schissel y Fedec, uno de los factores que dirige a los
jóvenes hacia la prostitución es una infancia de abuso y negligencia. “Hay una conexión psicológica entre abuso
sexual en la infancia y prostitución" (4) . Esto les lleva a conductas
de riesgo, baja autoestima y menor resistencia a ser explotados por otros (5) .
2) Dworkin,
1997; Jeffreys, 1997; MacKinnon, 1993 Farley, Melissa and Howard Barkan.
"Prostitution, Violence Against Women, And Post-Traumatic Stress
Disorder." Online. Netscape. 5 March. 1999. www.prostitutionresearch.com...
3) Escrito amicus curiae 9/12/2005 Igualdad Ya (www.equalitynow.org) y Coalición Contra
el Tráfico de Mujeres, ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos del
Distrito Sur de Nueva York.
4)
Schissel, Bernard and Kari Fedec. "The Selling of Innocence: the Gestalt
of Danger in the Lives of Youth Prostitutes." Canadian Journal of
Criminology. January. 1999. EbscoHost. Information Access 06 March. 1999.
5) Potterat,
John J, and Stephen Muth, and William Darrow. "Pathways to Prostitution:
The Chronology of Sexual Abuse and Drug Abuse Milestones." Journal
of Sex Research. November. 1998. EbscoHost. Information Access 25 February.
1999.
“Se ven a sí mismas
como objetos sexuales que pueden ser usados y explotados por otros” . Las
mujeres suele entrar en la prostitución como niñas abusadas y no como personas
libres y experimentadas.(6)
La ministra de interior del Reino Unido Fiona MacTaggart,
dijo al periódico “The Observer” en Enero del 2006: “no creo que los hombres
que usan prostitutas se vean a sí mismos como a abusadores de menores, pero lo
son”. “Podrían cambiar las cosas si
cambiáramos el punto de vista de la prostitución de “profesión más antigua” a
la forma más común de abuso a menores.” En declaraciones a la BBC la
ministra dijo “la mayor parte de prostitutas empiezan de 13 a 14 años .” El
Ministerio de Interior estima que en Gran Bretaña trabajan como prostitutas
unas 80.000 mujeres, la mitad de las cuales son menores de 25 años.
La violencia masculina mantiene a las mujeres en la
prostitución
Los chulos buscan chicas inocentes, solitarias, sin hogar, y
rebeldes. Las convencen de que son “su hombre” y acaban manteniéndolas en
cautividad virtual mediante la agresión verbal haciendo que sientan que no
valen nada, que son basura, y mediante la violencia física y amenazas de
tortura. (Barry, 1995). Barry (1995) y Giobbe et al. (1990) estimaron que al
menos 90% de la prostitución está controlada por proxenetas. Usan el maltrato
físico y sexual para mantener a las mujeres en la prostitución y que no escapen
(8) . Los chulos en Washington, DC, USA, emplean matones de guardia en los
límites de su zona que impiden que las chicas escapen de la prostitución
(Michelle J. Anderson, personal communication, 1996) » (9) .
Según Farley (10) : “como adultas en prostitución, 82% han
sido maltratadas físicamente, 55% de ellas por puteros ; 83% han sido
amenazadas con un arma; y 68% han sido violadas mientras ejercían como
prostitutas, 45% más de 5 veces, y 46% de las violadas lo han sido por puteros”
(11). Las mujeres y los transexuales habían experimentado más violencia que los
hombres prostituidos con aspecto de hombre.
6) Boyer
and James 1982, citado en Schisser and Kari Fedec, p.2
7) Story
from BBC NEWS: http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/1/... 2006/01/17
8) Barry,
1995; Dworkin, 1997; Hunter, 1994; MacKinnon, 1993
9)
“Prostitution in Five Countries: Violence and Post-Traumatic Stress Disorder”
(South Africa, Thailand, Turkey, USA, Zambia) by Melissa Farley, Isin Baral,
Merab Kiremire and Ufuk Sezgin Feminism & Psychology, 1998http://www.prostitutionresearch.com...
10) Farley,
Melissa and Howard Barkan. "Prostitution, Violence Against Women, And
Post-Traumatic Stress Disorder." Online. Netscape. 5 March. 1999. www.prostitutionresearch.com...
11) Traduzco putero en vez del eufemismo cliente, porque la
prostitución no es un trabajo. Curiosamente la Real Academia de la Lengua
Española no incluye esta palabra cuyo uso reivindico
“La legalización tampoco puede proteger a las personas
prostituidas, de la violencia y las agresiones de los compradores. Incluso en un burdel legal de alto nivel en
Australia, donde las habitaciones están equipadas con sistemas de alarma en
caso de peligro, un guardia de seguridad informa de que las llamadas de auxilio
de las mujeres nunca pueden ser atendidas lo bastante rápido como para impedir
la violencia de los usuarios de la prostitución, que se produce con
regularidad” (12) . “La legalización tampoco pone fin a los demás abusos
asociados a la prostitución ilegal, como la violencia física brutal que los
proxenetas ejercen sobre las personas prostituidas, la influencia de la
delincuencia organizada en la industria del sexo, o el tráfico de mujeres para
destinarlas a la prostitución”(13) . “Notablemente, incluso en los países que
han legalizado la prostitución en un intento de reducir los daños que ésta
provoca, los índices de agresión y violación a las personas prostituidas
continúan extremadamente altos”(14) .
Un informe canadiense
sobre prostitución y pornografía (15) concluye que las niñas y mujeres en
prostitución tienen una tasa de mortalidad 40 veces mayor que la media
nacional. Las mujeres prostituidas constituyen el 15% de muertes por suicidio
notificadas en hospitales (16) .
Incluso habiendo salido de la prostitución después de
innumerables sufrimientos la sociedad, a veces cómplice del proxeneta, puede
devolver a la mujer a su esclavitud. La pesadilla en la que la protagonista
cree haber escapado y descubre de repente que todo vuelve a empezar puede ser
totalmente cierta en países donde se haya legalizado la prostitución. Una mujer
“fichada” como prostituta puede perder el paro si se niega a aceptar un trabajo
de prostitución. Esto ocurre actualmente en Alemania y no precisamente a mujeres
prostituidas anteriormente sino también a mujeres que nunca han alquilado su
cuerpo
"No hay nada ahora en la ley que impida que las mujeres
sean enviadas a trabajar en la industria del sexo" dijo Merchthild Garweg,
abogada de Hamburg especializada en estos casos. "La nueva regulación dice
que trabajar en la industria del sexo no es ya inmoral, y por lo tanto estos
trabajos no pueden ser rechados sin riesgo de perder el subsidio de
desempleo." Por ejemplo Garweg dijo que mujeres que habían trabajado en
telemarketing habían recibido propuestas de trabajo en “líneas eróticas” de
teléfono”.
12) S.
Jeffreys, “The Legalisation of Prostitution: A Failed Social Experiment”,
Women’s Health Watch Newsletter 64 8-11 2003 http://www.womenshealth.org.nz/publ...).
13) Escrito amicus curiae 9/12/2005 Igualdad Ya (www.equalitynow.org) y Coalición Contra
el Tráfico de Mujeres, ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos del
Distrito Sur de Nueva York.
14)
Vanwesenbeeck y otros, “Professional HIV risk taking, levels of victimization,
and well-being in female prostitutes in the Netherlands”, publicado en Archives
of Sexual Behavior 24(5), 503-515 (1995).
15) Special
Committee on Pornography and Prostitution, 1985, Pornography and Prostitution
in Canada 350.
16) Letter
from Susan Kay Hunter, Council for Prostitution Alternatives, Jan 6, 1993
Miss Garweg cree que la presión en las empresas de empleo
para encontrar trabajadoras sexuales les hará cortar el subsidio de desempleo a
mujeres que rechacen trabajar en “servicios sexuales”: “están ya preparados
para obligar a las mujeres a aceptar trabajos relacionados con servicios sexuales,
pero que no cuentan como prostitución,” dijo. “Ahora que la prostitución ya no
es considerada por la ley como inmoral, no hay realmente nada salvo la buena
voluntad de las empresas de trabajo que impida mandar a las mujeres a trabajos
que no desean hacer”(17) .
LA SECUELA PSICOLÓGICA MÁS IMPORTANTE DE LA PROSTITUCIÓN
ES EL ESTRÉS POST TRAUMÁTICO (EPT)
Las mujeres
prostituidas sufren EPT al igual que los veteranos de combate, como una
reacción psicológica a un trauma físico y emocional extremo. Los síntomas son
ansiedad aguda, depresión, insomnio, irritabilidad, sobresaltos, disociación,
flashbacks, hiperalerta.
Según Farley (18) “68% de las mujeres prostituidas
encuestadas cumplían los criterios diagnósticos de Estrés Post Traumático. Esta
cifra puede compararse con la de mujeres maltratadas de 43% (Houskamp &
Foy, 1991) a 84% (Kemp et al. 1991), y con la de ex-combatientes de Vietnam
50.6 (Weathers et al., 1993), o de la Guerra del Golfo 34.8 (Weathers et al.,
1993).” Muchas supervivientes señalan que, para poder sobrellevar la
degradación psicológica que provoca la prostitución, desarrollaron una reacción
de disociación – un sistema de desvinculación de parte de uno mismo, de
“abandonar el cuerpo” o “irse mentalmente a otro lugar”. Este mecanismo es
similar en violaciones, maltrato doméstico y tortura.
EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO EN MUJERES PROSTITUIDAS
En 1973 dos ex-convictos intentaron robar uno de los bancos
más importantes de Estocolmo. Se quedaron atrapados en él con tres rehenes,
tres mujeres y un hombre. Los secuestradores amenazaron la vida de los rehenes
pero también les mostraron alguna pequeña amabilidad. Durante el tiempo de
secuestro, seis días, los rehenes se identificaron con los captores y
desarrollaron un vínculo emocional con ellos. Empezaron a percibir a la policía
como a enemigos, y a los secuestradores como a sus amigos, como a su fuente de
seguridad. Esta reacción aparentemente absurda fue documentada ampliamente por
los medios de comunicación, ya que llamó para interesarse por el estado de los
rehenes, el entonces primer ministro de Suecia Olof Palme.
17) ’If you
don’t take a job as a prostitute, we can stop your benefits’ Clare Chapman
30/01/2005 telegraph.co.uk
18) Farley,
Melissa and Howard Barkan. "Prostitution, Violence Against Women, And
Post-Traumatic Stress Disorder." Online. Netscape. 5 March. 1999. www.prostitutionresearch.com...
Todo el mundo se quedó estupefacto cuando los secuestrados
se resistieron fuertemente a los esfuerzos del gobierno para rescatarlos, y
defendieron a sus captores con insistencia. Meses después de ser liberados, los
rehenes tenían todavía sentimientos afectuosos hacia los secuestradores que
habían amenazado sus vidas. Las dos mujeres acabaron teniendo una relación con
los captores. A raíz de este incidente se acuñó el término Síndrome de
Estocolmo, que después fue estudiado en profundidad para otros grupos de
secuestrados. Se descubrió que esta es una reacción común en situaciones de
secuestro y que se trata de un mecanismo de supervivencia. Aunque el Síndrome
de Estocolmo no está todavía en el manual de diagnóstico psiquiátrico DSM IV,
tiene suficiente entidad propia y su existencia es ampliamente reconocida,
sobre todo en ámbitos militares.
Dee L. R. Graham es profesora de Psicología en la Universidad de
Cincinnati. Se ha especializado en temas como Violencia de Género, Síndrome de
Estocolmo y renuncia de las mujeres a acusar a los maltratadores en el juicio.
Las teorías de Graham emergieron del análisis de nueve grupos diferentes de
"rehenes" en los que se establecía un vínculo entre la víctima y el
abusador/captor:
Secuestrados
Prisioneros de campos de concentración
Miembros de sectas
Prisioneros de guerra
Civiles
de la China Comunista sometidos a lavado de cerebro
Mujeres
maltratadas
Niños
abusados
Víctimas
de incesto padre-hija
Prostitutas dependiendo de chulos
Concluyó (19) que "bajo las condiciones adecuadas,
cualquiera que quiera sobrevivir desarrollará el SE" . Las condiciones
previas que desencadenan el síndrome son:
El rehén
cree que el secuestrador amenaza realmente su supervivencia.
El
secuestrador da muestras de algún tipo de amabilidad.
El rehén
queda aislado (física y/o psicológicamente) de otras personas.
El rehén
no puede escapar, o cree que no puede.
En el caso de la Violencia de Género, tanto en mujeres
maltratadas como en mujeres prostituidas se dan las condiciones previas.
19) “Loving
to Survive: Sexual Terror Men’s Violence,and Women’s Lives” Dee L. R. Graham
New York University Press, 1994
“Giobbe et al. (1990) compararon la prostitución con otras
formas de violencia doméstica. Describieron los métodos de control coercitivo
ejercidos por chulos y puteros sobre las mujeres prostituidas, que son
idénticos a los métodos usados por hombres maltratadores para controlar a las
mujeres: aislamiento, agresión verbal, control económico, amenazas e
intimidación física, negación de la violencia y violaciones”.
Las estrategias de supervivencia que la mujer va adoptando
para poder convivir con el maltratador son recursos y distorsiones de su forma
de sentir y actuar, que le permiten sobrellevar las agresiones sin hundirse
psicológicamente. Al repetir día a día estos mecanismos de defensa y
supervivencia, éstos acaban por transformar la personalidad de la víctima y
quedan fijados en su forma de ser. Se produce un verdadero lavado de cerebro
como el que pueda sobrevenir, por ejemplo al pertenecer a una secta, o al estar
en un campo de concentración. Emociones, pensamientos y conducta se
distorsionan para poder soportar el terror que no acaba.
Autores como Farley y Herman también ven la necesidad de
completar el cuadro del EPT en la Violencia de Género, con la descripción del
vínculo traumático que se crea a largo plazo, o Síndrome de Estocolmo: “la
diagnosis de EPT requiere un estresor externo, implicando claramente que los
síntomas psicológicos resultan de condiciones materiales que oprimen a la mujer.
Sin embargo este diagnóstico por sí solo, no articula completamente la
extensión del daño psicológico causado por la prostitución. Con el tiempo, la
constante violencia de la prostitución, la humillación constante, la indignidad
que representa y la misoginia social, provocan cambios en la personalidad”.
“Herman (1992) describe los cambios a largo plazo en los
supervivientes de un trauma, en la regulación emocional, la conciencia, la
auto-percepción, la percepción de los agresores, en las relaciones con otros, y
los cambios en las atribuciones de significado. Estos cambios en la
personalidad han sido llamados por Herman EPT Complejo. Herman vio estos
síntomas como el resultado de una historia de sumisión a un control totalitario
por un periodo prolongado, y notó que la explotación sexual organizada puede
llevar a un EPT complejo. La violencia
de los proxenetas no está encaminada únicamente al castigo y control de las
mujeres prostituidas sino a convertirlas en algo sin valor e invisible (Dworkin,
1997; Patterson, 1982). El odio y desprecio dirigido a las personas
prostituidas acaba internalizándose. El odio a sí mismas y la falta de respeto
propio resultantes, son extremadamente duraderos” (20).
20) Farley,
Melissa and Howard Barkan. "Prostitution, Violence Against Women, And
Post-Traumatic Stress Disorder." Online. Netscape. 5 March. 1999. www.prostitutionresearch.com...
Resumo a continuación las principales distorsiones propias
del Síndrome de Estocolmo, todas ellas aplicables a mujer maltratada por su
pareja y mujer prostituida por su chulo, (material extraido de mi libro “Manual
para Mujeres Maltratadas que Quieren Dejar de Serlo” Ed. Océano 2002):
DISTORSIONES EMOCIONALES:
ELLA POTENCIA LAS EMOCIONES POSITIVAS:
El afán de supervivencia la lleva a buscar con avidez cualquier expresión de amabilidad, empatía o afecto
hacia ella en la conducta del maltratador. Si llega a percibirla se llena
de esperanza pensando que él no la maltratará más.
ELLA NIEGA SUS EMOCIONES NEGATIVAS:
Niega y minimiza el abuso, niega el terror, porque
reconocerlo la paralizaría y tiene que “tirar del carro” de la familia y los
hijos. El pánico, la sensación de aniquilación psíquica, la dejarían sin
respuesta y no se lo puede permitir. Niega también la rabia, si la expresa
invita al agresor a tomar represalias. Una respuesta defensiva directa podría
poner en juego su supervivencia. Se
vuelve muy sumisa, tiene dificultad en expresar la cólera, evita los conflictos.
Se vuelve indecisa y pasiva.
DISTORSIONES COGNITIVAS
CAMBIA SU PUNTO DE VISTA AL DEL MALTRATADOR:
SOBRE EL MUNDO: la
víctima inconscientemente intenta ver el mundo y a sí misma como el abusador lo
ve, para anticiparse y mantenerlo contento con sus necesidades satisfechas.
Acepta los planteamientos políticos, sociales, o de género de él. Si él milita
en un partido político ella acabado militando en el mismo partido y se vuelve
la partidaria más fanática.
Él es sexista y ella
se convierte en la primera enemiga de las mujeres que destacan, hablan u opinan
por sí mismas. La mujer maltratada no quiere identificarse con su propio grupo.
Es dura y muy crítica con las otras mujeres. Le gusta competir con ellas y descalificarlas.
SOBRE SÍ MISMA: la mujer maltratada se ve a través de
los ojos del maltratador y acepta su culpabilidad por el maltrato. Cree que si
fuera mejor persona o mujer, no sería maltratada. Cuanto menos control real
tiene la víctima y más graves son las consecuencias de no tener control (es
decir, es más severo el abuso), es más probable que la víctima se autoculpe.
Se reconoce como inferior. Halaga y cuida el ego masculino a
expensas del suyo. Asume la posición de "felpudo" con los hombres. Se
rebaja o desprecia a sí misma humorísticamente. Odia aquellas partes de sí
misma que el maltratador desprecia o a las que adjudica su cólera. Cree que
tiene que ser perfecta y que no vale nada por lo que merece el maltrato. Cree
que no merece el amor de otras personas.
Proyecta su propia condición de víctima en el agresor, como
si él fuera inocente y estuviera influenciado por la maldad de otras personas.
La mujer maltratada no quiere que otros se enteren de cómo la trata su pareja.
Se lo oculta al mundo y a sí misma. Sistemáticamente,
se pone de parte de su pareja frente a otras personas ¡aunque éstas la estén
defendiendo a ella!
APRENDE A CONOCER AL DETALLE EL COMPORTAMIENTO DEL
MALTRATADOR: ella conoce muy bien sus costumbres y deseos, esto le permite
anticiparse en lo posible a sus brotes de violencia. Estudia cuidadosamente los
puntos en que puede influir "al jefe", está muy atenta a lo que le
gusta o le disgusta. En casos extremos
permite incluso el abuso sexual de los hijos, o se comporta como si no se enterara
de lo que está ocurriendo. El varón es el dios al que hay que rendir culto
y dar todo lo que pide aunque sea sacrificando a los niños, sobre todo a las
niñas.
CREE QUE AMA APASIONADAMENTE AL AGRESOR: Está
muy pendiente de él, lo cuida, es sumisa con él, se le acelera el corazón
cuando él llega. Es fácil interpretar esta excitación fisiológica y esta
conducta como indicadores de fuertes sentimientos positivos hacia él. “La falsa
atribución de la víctima que adjudica al amor y no al terror su excitación, es
una distorsión cognitiva que se desarrolla en las víctimas que no ven modo de
escape.
Cuanta más excitación, más fuerte es el vínculo
experimentado por las víctimas. Cuanto más hipervigilantes están las víctimas
hacia la amabilidad del agresor, interpreta que es más fuerte el vínculo.
Cuanto más duro tiene que trabajar la víctima para ganar al abusador, más
fuerte es el vínculo de la víctima con el abusador”. "Una vez el sujeto ha
identificado la experiencia como amor, es amor" .
Nuestra cultura nos presenta un modelo de lo masculino
violento y dominante, los héroes de ficción vencen a través de la agresión, no
a través de la resolución pacífica del conflicto. Son competitivos, soberbios y
su sexualidad es cercana a una violación. Esta perspectiva refuerza la vivencia
interna de la mujer maltratada sobre su pareja, la convence de que eso que
ocurre entre los dos es un amor apasionado y fatal, y que lo que le pasa a su
compañero es que “es muy macho”. Ella en contraposición ha de ser muy femenina
y dejarse proteger por él.
DISTORSIONES CONDUCTUALES
ELLA DESARROLLA MECANISMOS DE DEFENSA ANTE LA VIOLENCIA:
• Simulación: simula
un placer sexual que no siente, y una admiración inexistente ante acciones
mediocres o sin mérito. Maneras deferentes. Halagos. Disimulo de los
sentimientos reales. "Artimañas femeninas". Es importante para la
seguridad de la víctima que el ego del maltratador esté satisfecho.
• Intenta ganarse su compasión: "crisis nerviosas", desmayos, somatizaciones. Es una
forma primitiva de decir al agresor “no me pegues, no ves que me encuentro mal”
• Intenta tranquilizarlo mediante un comportamiento aniñado. Está comprobado que las personas violentas se
tranquilizan con los niños. La mujer maltratada instintivamente se comporta
como una niña frágil e indefensa, para que el maltratador no vea en ella una
enemiga. Hace el payaso, sonríe y ríe sin sentido. Es "muy mona" y
gazmoña. Usa un tono de súplica o infantil con entonación característica
acabada en inflexión ascendente.
Mira humildemente
hacia abajo. Hace falsas demandas de ayuda. Su apariencia es de
indefensión. Se muestra dependiente, falta de iniciativa, incapaz para decidir
o pensar por sí misma, etc. Si no se aniña en su comunicación, él puede
interpretar sus afirmaciones como oposición, o rivalidad. Tiene que demostrarle
que ella no está en contra de él y que él no tiene nada que temer de ella.
Tiene que demostrarle que ella no compite con él, que no es una
"marimacho". Se mete en su papel y acaba viendo al captor como a una
figura paterna, sintiéndose como una niña frente a él.
DURANTE EL PROCESO DE LIBERACIÓN LA VÍCTIMA SE OPONE A LA
JUSTICIA.
Se asusta más de los
que vienen a liberarla que del agresor. La mujer maltratada ve al maltratador
como al "bueno", y a los que se oponen a él como los "malos".
Le molestan las "intromisiones" de extraños que intentan liberarla.
Critica y se burla de las feministas y dice que odian a los hombres y que
envidian su superioridad. La mujer prostituida niega ser maltratada por chulos
y puteros, niega pasarlo mal y no puede soportar a las mujeres que quieren
abolir la prostitución diciendo que son moralistas y que ella “ejerce
libremente su oficio”.
En casos de secuestros de larga duración o de mujeres
maltratadas, la liberación o separación del maltratador, genera una combinación
paradójica de gratitud y miedo. La víctima encuentra psicológicamente difícil
dejar al captor. Los antiguos rehenes visitan a sus captores en la cárcel,
retiran las denuncias, e incluso pagan al abogado que los defiende. Minimizan
el daño que les han hecho y rechazan cooperar con la justicia.
La dinámica cíclica
del maltrato mantiene a la mujer atrapada en un juego desesperado. Su
impulso es ambivalente, por una parte quiere librarse del compañero que la
maltrata y amenaza, y por otra parte quiere permanecer a su lado, última ironía
del vínculo traumático. Hay un desequilibrio de poder en la base de esta
actitud, la mujer aislada se siente totalmente dependiente del hombre, se
valora poco y está confusa por la naturaleza intermitente del maltrato.
La mujer maltratada cree que el agresor puede volver a
"secuestrarla". Teme incluso sus propios pensamientos
"desleales", ve al captor como omnipotente y siente un profundo
agradecimiento por que no la haya matado. La víctima siga siendo leal al
abusador durante mucho tiempo. Sabe que si él la atrapa y acusa de deslealtad
el castigo será mucho mayor que el maltrato anterior. La ha amenazado con
encontrarla si se va, y matarla a ella y/o a sus hijos. Ella lo cree capaz de
hacerlo y permanece leal en anticipación de su vuelta. El estrés le hace perder
la perspectiva de las opciones reales, y el miedo la paraliza, además sabe que
un intento de denuncia o escape puede transformar una violencia tolerable en
una situación letal.
Las secuelas más graves a largo plazo del Síndrome de
Estocolmo son:
GENERALIZACIÓN:
"Una prolongada exposición a los 4 precursores del SE
hacen que la víctima generalice la psicodinámica víctima/abusador a sus
relaciones con otros" . La mujer
maltratada durante largo tiempo, tenderá a vincularse con otros hombres de la
misma manera que con el maltratador, es decir sólo porque sean hombres los
tratará como a seres de primera clase y esperará de ellos la misma explotación
que recibió de su pareja maltratadora. Le costará ponerles límites y se sentirá
responsable de que la relación funcione, aunque para ello tenga que anularse y
someterse. Cree que el amor es un vínculo traumático y violento, en nuevas
relaciones intentará recrear los intensos sentimientos que le inspiraba el
maltratador.
PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD PROPIA
No sabe como es ni lo que quiere. No se imagina en el
futuro.
Está desorientada. Se siente incapaz de tomar decisiones. Se
ve a sí misma menos válida, y menos capaz que otros, culpable de los problemas
del captor. Se siente indefensa y sin poder.
Teme también perder la única identidad que conserva, su yo
tal como lo ven los ojos del abusador. Tiene miedo de ser abandonada, de estar
sola, de no ser capaz de vivir sin el agresor, de no saber quién se es sin él,
de sentirse vacía, etc.
EL MALTRATADO APRENDE A MALTRATAR
El maltratado aprende
a maltratar, la víctima se vuelve verdugo. La mujer maltratada durante largo
tiempo, desvía la rabia que de forma natural se tendría que dirigir al agresor,
hacia sí misma o hacia otras personas que considera inferiores al maltratador o
con poco poder (mujeres, niños). Intenta controlarlas para que no provoquen
la ira del varón.
La figura del chulo es ampliamente tratada en la página web
de “The Lola Greene Baldwin Foundation”:
“Uno de los objetivos fundamentales de un proxeneta es crear
un Síndrome de Estocolmo en la mujeres que prostituye. Esto las mantiene
ligadas a él incluso cuando tienen oportunidades de escapar. El primer paso es
obtener control físico de la víctima, y aislarla de ayuda. Corta todas las
fuentes de información que a él no le interesan. Se muestra capaz de causar un
intenso sufrimiento y dolor, e incluso matar a la víctima si así lo desea.
Las personas que se vuelven proxenetas suelen ser psicopáticas y sádicas. No les influyen
los sentimientos de otras personas. Si permiten que las víctimas vivan, éstas
están agradecidas y esperan que la relación las protegerá de daños futuros.
Ellos interpretan que la víctima está bajo su control, no que merezca cuidado y
respeto.
El chulo solicitará la simpatía de la víctima, le contará
que tiene una vida dura, que está sin dinero, que la policía lo busca. Esto es
especialmente eficaz si la mujer prostituida también ha sufrido abusos en su
familia de origen o ha tenido problemas juveniles con la policía o las
autoridades. El se ofrece como protector, amante o marido de la víctima,
dándole esperanza de una relación de soporte. Insinúa que si ella le da
suficientes muestras de amor y lealtad, haciendo todo lo que él le pida, en
contrapartida será amada y no herida.
La víctima empieza a creer que esta fantaseada relación es
real, y sobrevalora exageradamente cualquier pequeña amabilidad, a pesar de que
él esté dominándola continuamente mediante violencia física. Ella llega a creer
que tiene una alianza con el chulo contra otros criminales, la policía, y la
recta comunidad.
Esto refuerza el sentimiento de la víctima de que no tiene
otra opción que permanecer asociada con el chulo. Si él controla a varias víctimas, éstas a veces forman un grupo de
pensamiento único, aliadas ellas mismas con el proxeneta contra el mundo
exterior. El grupo de víctimas puede contribuir a impedir que una de ellas
escape, y participar en el castigo de aquellas que incomodan al chulo. Es
raro que una mujer sea proxeneta, pero no que haya una mujer dominante entre el
grupo de víctimas de un chulo, actuando como la segunda de a bordo.
La duración del Síndrome de Estocolmo depende de la
habilidad del chulo, la sofisticación psicológica de la víctima y la intensidad
de la violencia usada. Es más probable que se vayan las víctimas que todavía
siguen conectadas a sus identidades y relaciones previas. Es más difícil romper
una relación en la que ha habido de forma intermitente momentos malos y buenos,
que una en que todo ha sido malo o bueno, ya que la víctima se vuelve
dependiente a los “buenos momentos”, esperando que tenga lugar el siguiente.
Cuanto más se entrega una persona a una relación de pareja, más le cuesta
reconocer que no ha valido nada y ha sido destructiva. Algunas personas nunca
recuperan la libertad, y permanecen en una u otra relación destructiva hasta
que las matan o mueren por alguna causa” .
LO QUE REALMENTE PIENSAN
EL CHULO
Tú eres de mi propiedad. Todo lo que ganas o tienes es mío.
Pide siempre el dinero por adelantado y ni siquiera lo mires, yo lo recogeré
cada rato. Si te quedas con mi dinero sabrás quien soy yo. Si no me consigues
un mínimo de 500$ al día no tendrás comida, cama, ropas, etc.
Si así lo quiero te pegaré o te violaré, y si no me obedeces
te castigaré a ti o a tu familia.
Tienes que trabajar llueva o nieve, estés sana o enferma.
Ni se te ocurra escapar de mí porque te encontraré y te
destrozaré la vida a ti y a los tuyos.
Usa siempre condón no me vayas a contagiar a mí. Ni se te
ocurra mirar a otro chulo. Yo te proporcionaré drogas.
Te puedo vender a un putero o a otro chulo. Te puedo
desplazar a otro lugar
Yo controlaré a tus hijos y también harán lo que yo quiera
EL PUTERO
Cuando te alquilo tienes que hacer todo lo que yo te pida
porque ese rato soy tu dueño.
Yo no seré responsable de las consecuencias de mis actos
contigo.
Es responsabilidad de tu chulo tenerte lista para que hagas
todo lo que yo quiera.
Tienes que realizar mi fantasía como una esclava sexual, a
mí no me importa quien eres, ni lo que deseas en realidad.
Si no lo haces bien atente a las consecuencias.
Siempre tienes que mostrarte feliz y a gusto conmigo.
Ignoraré las marcas de agujas, los dientes dañados, los
hematomas… excepto si se ajustan a mis fantasías.
Tienes que limitarte a decirme cosas como: "Hago esto
porque quiero y me gusta. Yo no tengo un chulo. No soy adicta a ninguna droga.
Este ha sido el mejor polvo de mi vida”.
EL MITO DE LA PROSTITUTA FELIZ
En muchos programas de televisión se falsea la realidad
planteando debates en los que se enfrenta a una feminista abolicionista de la
prostitución con una “prostituta feliz”. Se da la imagen de que un porcentaje
importante de mujeres en la prostitución están contentas con ella.
Las mujeres prostituidas tienden a negar que están
controladas por chulos y que son maltratadas. . "Negando que tienes un
chulo es una forma de expresar que tu propia experiencia no coincide con la de
una relación chulo-prostituta estereotipada” . Es exactamente lo mismo que pasa
con las mujeres maltratadas por su pareja. Cuanto más permanece la mujer en la
relación abusiva, más tiende a negar que su captor la maltrata.
“Que algunas mujeres elijan prostituirse y estar con chulos
como amantes o maridos, no es más defensa del proxenetismo, que el que algunas
mujeres maltratadas por su marido que elijen seguir con él, lo sea del maltrato
doméstico.” Kathleen Barry, Coalition Against Trafficking in Women, 1995. “En
un estudio realizado sobre 854 personas prostituidas en nueve países, a la
pregunta de “¿Cuál es tu principal necesidad?”, la respuesta número uno – dada
por un sorprendente 89 % de las encuestadas – fue salir de la prostitución. 95%
de 100 mujeres prostituidas en Vancouver dijo que querían dejar la
prostitución” Farley & Lynne, 2001.
Muchas mujeres prostituidas se dan cuenta de que no pueden
escapar de la prostitución cuando ya es tarde. Enfermas de mente y de cuerpo,
en la miseria económica y social, adictas a drogas, y amenazadas por su
“empresario” intentan escapar y no pueden. Hasta entonces han estado repitiendo
a todo el mundo que la prostitución es un trabajo tan digno como otro
cualquiera y que si quieren lo dejan. Hasta entonces pueden haberse involucrado
en campañas pro-legalización de la prostitución y pueden haber salido en los
medios reivindicando su estado de “prostituta feliz”.
Consuelo Barea
Dee L. R. Graham es profesora de Psicología en la Universidad de
Cincinnati. Se ha especializado en temas como Violencia de Género, Síndrome de
Estocolmo y renuncia de las mujeres a acusar a los maltratadores en el juicio.
Las teorías de Graham emergieron del análisis de nueve grupos diferentes de
"rehenes" en los que se establecía un vínculo entre la víctima y el
abusador/captor:
Secuestrados
Prisioneros de campos de concentración
Miembros de sectas
Prisioneros de guerra
Civiles de la China Comunista sometidos a lavado de cerebro
Mujeres maltratadas
Niños abusados
Víctimas de incesto padre-hija
Prostitutas dependiendo de chulos
Prisioneros de campos de concentración
Miembros de sectas
Prisioneros de guerra
Civiles de la China Comunista sometidos a lavado de cerebro
Mujeres maltratadas
Niños abusados
Víctimas de incesto padre-hija
Prostitutas dependiendo de chulos
El secuestrador da muestras de algún tipo de amabilidad.
El rehén queda aislado (física y/o psicológicamente) de otras personas.
El rehén no puede escapar, o cree que no puede.
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"Claves para un análisis feminista de la prostitución
Rosa Cobo Bedia
La prostitución es un antiguo fenómeno social que ha experimentado cambios muy profundos en los últimos treinta años, relacionados con dos procesos sociales que están transformando el mundo del siglo XXI y estrechamente vinculados a la crisis del contrato sexual. Mujeres en distintas partes del mundo han conseguido derechos y, además, los han ejercido. Por primera vez en la historia, grupos reducidos, pero significativos, de mujeres pueden decir, y dicen, ’no’ a los varones.
Esa primera parte del contrato sexual por el que cada varón se convierte en dueño y señor de una mujer, y cuya expresión social legítima es el matrimonio, ha entrado en crisis, pues ha dejado de ser la única opción para muchas mujeres. Sin embargo, este hecho no debe oscurecer que frente a esta mayor libertad para algunas mujeres, se encuentran otras cuya situación ha empeorado visiblemente. Y con esta afirmación, me estoy refiriendo a la segunda parte del contrato sexual, por la que un reducido grupo de mujeres es asignado a todos los varones y cuya expresión, socialmente reprobable, es la prostitución.
La idea que argumentaré brevemente es que a medida que algunas mujeres pueden desasirse del dominio masculino y conquistan parcelas de individualidad, otras son más intensamente dominadas y explotadas por el sistema patriarcal. Con la globalización neoliberal el rostro de la prostitución ha cambiado decisivamente, pues de ser una realidad social reducida se ha convertido en una gran industria global que moviliza miles de millones de euros anuales.
Para comprender la complejidad de esta práctica social hay que diferenciar dos planos: el intelectual y el ético-normativo. Primero hay que examinar la naturaleza y las causas de este fenómeno social y, en consonancia con ese análisis intelectual, adoptar una posición ético-normativa respecto a su existencia. Si el punto de partida, tras estudiar la prostitución y las causas que la originan, es que esta práctica social es una forma deseable de vida y no puede ser definida como una forma de explotación sexual, entonces la conclusión lógica es legalizar y reglamentar la prostitución. Si, por el contrario, se considera la prostitución una forma inaceptable de vida, resultado del sistema de hegemonía masculina, vinculada a la dominación patriarcal y que vulnera los derechos humanos de las mujeres al convertir su cuerpo en una mercancía y en un objeto para el placer sexual de otros, entonces se concluye la imposibilidad de su legalización.
El punto de partida ético-normativo, que compartimos quienes escribimos en este monográfico, es que la prostitución es una realidad social que debe ser erradicada porque es fuente inagotable de desigualdad y subordinación para las mujeres que la ejercen y para las mujeres en general [1]. Para ello es necesario distinguir el fenómeno social que es la prostitución del colectivo concreto que son las mujeres prostituidas, pues esta distinción nos permitirá criticar esa realidad social y al mismo tiempo establecer elementos de solidaridad con las mujeres que la ejercen. En otros términos, pondremos en tela de juicio la estructura de subordinación y explotación sexual que subyace a la prostitución y, al mismo tiempo, afirmamos nuestra solidaridad con las mujeres prostituidas.
Naturalización de la prostitución
Uno de los argumentos centrales de este debate hace referencia al estereotipo de que la prostitución es el ’oficio más viejo del mundo’. En el imaginario colectivo está profundamente arraigada la idea de que la prostitución es una realidad que está más allá de lo cultural. Todo fenómeno social para que pueda reproducirse a lo largo del tiempo tiene que estar sometido a procesos permanentes de legitimación. La primera legitimación de cualquier fenómeno social se encuentra en su propia facticidad. El hecho de que haya existido durante largos periodos históricos puede sugerir que forma parte de un ’orden natural’ de las cosas imposible de alterar.
Si, además de existir, también ha sobrevivido a intentos de acabar con esa realidad, como, por ejemplo, la legislación prohibicionista, entonces parece que tiene una fuerza que va más allá de lo puramente social. Uno de los subtextos del imaginario de la prostitución sugiere que está profundamente anclada en algún oscuro lugar de la naturaleza humana. Y éste es, desde luego, uno de los problemas que obstaculizan una posición crítica frente a la prostitución: su naturalización, pues con esos argumentos se coloca a esta práctica social en el orden de lo pre-político. En efecto, si el fundamento de esta práctica social está en la naturaleza, entonces difícilmente podrá ser definida como una institución y, por tanto, interpelada socialmente.
La invisibilidad del cliente
La prostitución es una realidad social cada día más compleja debido tanto al aumento creciente de los actores y procesos involucrados alrededor de esta institución como a los significados e implicaciones ideológicas que derivan de su existencia. En efecto, la prostitución hoy es una gran empresa global, vinculada a la economía criminal, y en la que intervienen muchos actores que se benefician de ese negocio: medios de comunicación, empresarios del sexo, agencias de turismo sexual, proxenetas, narcotraficantes o traficantes de mujeres. Sin embargo, los actores principales, en primera instancia, son las mujeres que ejercen la prostitución y los clientes que utilizan los servicios de estas mujeres.
En el imaginario colectivo, sin embargo, la prostitución está asociada a la imagen de la puta. Y, sin embargo, no hay mujer prostituida sin cliente. ¿Por qué el cliente ha sido invisibilizado en el imaginario de la prostitución? La prostitución, sin embargo, no debe ser definida como el oficio más antiguo del mundo sino como la actividad que responde a la demanda más antigua del mundo: la de un hombre que quiere acceder al cuerpo de una mujer y lo logra a cambio de un precio [2]. Lo que queremos hacer notar es que la figura del cliente ha sido silenciada como si fuese un elemento completamente secundario en esta obra de teatro. Y este hecho es un claro indicador de la permisividad social que existe hacia el prostituidor. De ahí la necesidad de mostrar la asociación entre cliente y dominio masculino, pues solo así podrán visibilizarse las relaciones de poder que están en el origen de la prostitución.
Por eso es necesario resignificar el imaginario de la prostitución y poner a los clientes en el lugar que les corresponde. Es necesario señalar que esos varones son algo más que consumidores y la prostitución no es una práctica inocua sino que, como todas las demás, no puede desligarse de las relaciones de poder que estructuran cada sociedad. En sociedades patriarcales en las que los varones tienen una posición dominante difícilmente podría pensarse que la prostitución es una realidad ajena a las relaciones de poder entre los géneros.
En este sentido es necesario retomar la categoría de patriarcado, pues sin la misma perdería sentido la posición ético-normativa que mantenemos sobre la prostitución. Si prescindimos de esta categoría que da nombre a esa compleja estructura social nos quedamos sin las herramientas intelectuales que hacen posible su comprensión. En efecto, la prostitución, como realidad social, solo se hace legible a la luz de esta estructura sistémica que organiza la sociedad asignando recursos y derechos asimétricamente entre hombres y mujeres.
Consentimiento y coacción en las mujeres prostituidas
Un argumento que aparece recurrentemente en la literatura sobre prostitución y que está muy asentado en el imaginario colectivo es el de la legitimidad de la relación entre la mujer prostituida y el prostituidor, siempre y cuando las mujeres elijan libremente esa actividad. Sin embargo, ¿hasta qué punto las mujeres en situación de prostitución, todas ellas pobres y en algunos países, además, inmigrantes, pueden ser definidas como libres a la hora de elegir la prostitución como forma de vida? Con esta pregunta, queremos señalar que la cuestión del consentimiento es una variable fundamental a la hora de adoptar una posición ética sobre la prostitución.
¿Es un contrato libre, y por ello legítimo, el que establece la mujer prostituida y el cliente? La Modernidad se edificó sobre una nueva relación social, la contractual, y la piedra angular de ese edificio fue el consentimiento. La figura del individuo como sujeto político, la configuración de una nueva clase hegemónica, la burguesía, y la propuesta de un nuevo sistema político, la democracia son los elementos centrales del nuevo mundo. Y es ahí donde precisamente adquiere sentido la categoría de consentimiento. La Modernidad no aceptará la instauración de sistemas políticos ni relaciones sociales que no estén basados en un contrato basado en el consentimiento de sus miembros. No podríamos entender la democracia ni el resto de las relaciones sociales, incluido el matrimonio, fuera del contrato. Ese tipo de relación contractual es históricamente nueva y surge como una conquista frente a las relaciones sociales medievales, basadas en relaciones de adscripción.
A fin de comprender las relaciones sociales que se desarrollan entre el varón prostituidor y la mujer prostituida es necesario hacer una reflexión sobre la naturaleza del contrato y sobre la naturaleza del consentimiento.
Rousseau explica que un contrato firmado por dos partes en la que una de ellas está dominada por la necesidad no es un contrato legítimo. Kant también explica que no se puede ser al mismo tiempo cosa y persona, propiedad y propietario. Estos filósofos sugieren que esos contratos podrán ser legales, pero nunca legítimos porque la capacidad de decisión de quien está dominado por la necesidad vicia ese consentimiento. En esa misma línea, en el siglo XIX, Marx lanzaba una mirada crítica a los contratos establecidos entre un burgués y un obrero, entre un empresario y un trabajador, al poner en cuestión los contratos económicos basados en la necesidad absoluta de una de las partes contratantes. Y de esta argumentación se deriva una conclusión que ha estado en el fundamento de todas las teorías críticas de la sociedad: no puede haber libertad de contrato absoluto en sistemas sociales edificados sobre dominaciones. Ya en el siglo XX, Carole Pateman analiza el contrato entre prostituidor y mujer prostituida como carente de legitimidad, pues esa relación se origina en un contrato sexual sobre el que se edifican las sociedades patriarcales.
Nos interesa señalar que la ilimitada libertad de contrato forma parte del núcleo ideológico más duro del liberalismo y la crítica a esa libertad absoluta forma parte de las señas de identidad de los pensamientos críticos. La idea que queremos subrayar es que la libertad y el consentimiento de las mujeres que llegan a la prostitución son reducidos, pues están limitados por la pobreza, la falta de recursos culturales, la escasa autonomía y en muchos casos por el abuso sexual en la infancia. Y para que todo ello adquiera sentido hay que señalar que esas realidades están inscritas en el marco de sociedades patriarcales en las que los varones tienen una posición de hegemonía sobre las mujeres.
Los análisis que intentan justificar la prostitución como un contrato legítimo se apoyan en argumentaciones funcionales al neoliberalismo, para cuya ideología los contratos no deben tener límites. Los autores y autoras que defienden la legitimidad de ese contrato fundamentándolo en la voluntad del individuo, se olvidan que libertad y voluntad no coinciden en muchas ocasiones.
Para concluir, la prostitución como práctica social que consagra la explotación sexual sólo puede ser combatida con más libertad y más igualdad para las mujeres que se ven obligadas a ejercerla y todo ello en el marco de los derechos humanos.
Rosa Cobo Bedia
Fuente: Revista Digital con la A Nº 26
NOTAS
[1] CARRACEDO BULLIDO, ROSARIO, "Feminismo y abolicionismo", en Crítica nº 940 (Madrid), 2006; pp. 37-41.
[2] FERNÁNDEZ OLIVER, BLANCA, "La prostitución a debate en España", en Documentación Social, nº 144 (Madrid), 2007; p. 89.
[2] FERNÁNDEZ OLIVER, BLANCA, "La prostitución a debate en España", en Documentación Social, nº 144 (Madrid), 2007; p. 89.
Rosa Cobo Bedia
REFERENCIA CURRICULAR
Rosa Cobo es profesora titular de Sociología del Género en
la Universidad de A Coruña y Directora del Centro de Estudios de Género y
Feministas de la misma Universidad. Asimismo ha dirigido el Máster sobre Género
y Políticas de Igualdad de la Universidad de A Coruña desde el año 2005 hasta
el año 2008. Imparte cursos y conferencias sobre género y feminismo en España y
en América Latina. Cabe destacar algunos de sus libros: Las mujeres españolas:
lo privado y lo público (CIS), Fundamentos del patriarcado moderno. Jean
Jacques Rousseau (Cátedra), Interculturalidad, feminismo y educación (Ed.),
(Libros de la Catarata) y Educar en la ciudadanía. Perspectivas feministas
(Ed.) (Libros de la Catarata). Su último libro, publicado en 2011, es Hacia una
nueva política sexual (Libros de la Catarata) COBOLa prostitución es un antiguo
fenómeno social que ha experimentado cambios muy profundos en los últimos
treinta años, relacionados con dos procesos sociales que están transformando el
mundo del siglo XXI y estrechamente vinculados a la crisis del contrato sexual
http://laciudaddelasdiosas.blogspot.com.ar/2014/03/claves-para-un-analisis-feminista-de-la.html
________________________________________________________
"...Ante el crecimiento desmedido de la pornografía infantil y la
prostitución de niños y adolescentes en el nivel mundial, se hace necesario
extremar esfuerzos para sensibilizar a nuestra sociedad en el sentido de
combatir estos delitos aberrantes y estar atentos ante cualquier manifestación
sospechosa que esté relacionada con ellos.
Y decimos cualquier manifestación sospechosa porque algunos especialistas argentinos han comenzado a detectar la existencia de nuevas estrategias perversas para introducir a las niñas y las adolescentes en la prostitución y en el negocio de la pornografía.
Ante la consulta de padres preocupados porque sus hijas aparentaban manejar cantidades importantes de dinero que ellos no les daban, comenzó a desnudarse una realidad impensada: a la salida de la escuela, es frecuente que niñas y adolescentes sean abordadas por sujetos que, con la excusa de ser promotores de programas de televisión, les entregan una tarjeta con un nombre supuesto y un número de teléfono celular al cual deberán llamar para hacer una cita en un estudio donde se las invitará a hacer pruebas fotográficas. Esas "sesiones fotográficas" son pagadas al principio, de allí la presencia de ese dinero no registrado por los padres.
La vulnerabilidad característica de la personalidad adolescente, sumada a la ingenuidad de creer en la posibilidad de ganar dinero muy pronto y de manera aparentemente fácil, hace que niñas y adolescentes sean engañadas por esta "oferta" laboral para iniciarse en el soñado mundo de las modelos profesionales.
Es esta realidad próxima la que puede hacerles ver como natural a muchas niñas y adolescentes el ser "descubiertas" en la calle, con lo que paulatinamente se encaminarán a lo que termina lisa y llanamente en el delito conocido como trata de personas. Lamentablemente, éste constituye uno de los negocios más lucrativos en el mundo actual y está considerado un delito aun si la persona que es objeto de la trata ha dado su consentimiento.
En julio último se conoció un informe de la Unicef donde se informaba que alrededor de un millón de niños y adolescentes son absorbidos todos los años por el comercio sexual -como la venta de niños, la prostitución, el turismo sexual y la pornografía infantil- , víctimas de la degradación y sometidos a un riesgo que amenaza sus vidas.
La forma de prostitución más habitual es la prostitución callejera que suele ejercerse en zonas delimitadas de las ciudades, en el casco urbano: plazas publicas y parques céntricos, cascos antiguos, o zonas portuarias. El contacto sexual se realiza en pensiones modestas cercanas a la zona, en los mismos parques o en el automóvil del cliente.
Las características que definen este tipo de prostitución son:
- factores climatológicos.
- aislamiento espacial: no suelen distanciarse de su entorno habitual debido al temor de no saber desenvolverse en otros espacios.
- sentimiento de propiedad e invasión
- defensa del espacio: no suelen permitir que la competencia invada su espacio.
Dentro de esta prostitución callejera, en los últimos años se están produciendo nuevas formas de prostitución que han entrado en competencia como son las prostitutas drogadictas que son mujeres que venden su cuerpo con el fin de costearse la droga, bien sea a elección propia u obligadas por el proxeneta y los travestís.
Y decimos cualquier manifestación sospechosa porque algunos especialistas argentinos han comenzado a detectar la existencia de nuevas estrategias perversas para introducir a las niñas y las adolescentes en la prostitución y en el negocio de la pornografía.
Ante la consulta de padres preocupados porque sus hijas aparentaban manejar cantidades importantes de dinero que ellos no les daban, comenzó a desnudarse una realidad impensada: a la salida de la escuela, es frecuente que niñas y adolescentes sean abordadas por sujetos que, con la excusa de ser promotores de programas de televisión, les entregan una tarjeta con un nombre supuesto y un número de teléfono celular al cual deberán llamar para hacer una cita en un estudio donde se las invitará a hacer pruebas fotográficas. Esas "sesiones fotográficas" son pagadas al principio, de allí la presencia de ese dinero no registrado por los padres.
La vulnerabilidad característica de la personalidad adolescente, sumada a la ingenuidad de creer en la posibilidad de ganar dinero muy pronto y de manera aparentemente fácil, hace que niñas y adolescentes sean engañadas por esta "oferta" laboral para iniciarse en el soñado mundo de las modelos profesionales.
Es esta realidad próxima la que puede hacerles ver como natural a muchas niñas y adolescentes el ser "descubiertas" en la calle, con lo que paulatinamente se encaminarán a lo que termina lisa y llanamente en el delito conocido como trata de personas. Lamentablemente, éste constituye uno de los negocios más lucrativos en el mundo actual y está considerado un delito aun si la persona que es objeto de la trata ha dado su consentimiento.
En julio último se conoció un informe de la Unicef donde se informaba que alrededor de un millón de niños y adolescentes son absorbidos todos los años por el comercio sexual -como la venta de niños, la prostitución, el turismo sexual y la pornografía infantil- , víctimas de la degradación y sometidos a un riesgo que amenaza sus vidas.
La forma de prostitución más habitual es la prostitución callejera que suele ejercerse en zonas delimitadas de las ciudades, en el casco urbano: plazas publicas y parques céntricos, cascos antiguos, o zonas portuarias. El contacto sexual se realiza en pensiones modestas cercanas a la zona, en los mismos parques o en el automóvil del cliente.
Las características que definen este tipo de prostitución son:
- factores climatológicos.
- aislamiento espacial: no suelen distanciarse de su entorno habitual debido al temor de no saber desenvolverse en otros espacios.
- sentimiento de propiedad e invasión
- defensa del espacio: no suelen permitir que la competencia invada su espacio.
Dentro de esta prostitución callejera, en los últimos años se están produciendo nuevas formas de prostitución que han entrado en competencia como son las prostitutas drogadictas que son mujeres que venden su cuerpo con el fin de costearse la droga, bien sea a elección propia u obligadas por el proxeneta y los travestís.
Extraído de _ http://laadolescenciayprostitucion.blogspot.com.ar/
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LA PROPUESTA DE UNA JURISTA PARA COMBATIR LA PROSTITUCION
“Los clientes deben ser encarcelados”
Catherine MacKinnon es pionera en litigio estratégico en casos de violencia contra mujeres. Pide penalizar a los clientes de la prostitución. Y asegura que la violación es una forma de tortura.
Por Mariana Carbajal
Afuera diluvia. La lluvia cae a torrentes sobre el techo vidriado del café del Malba, en Palermo. La sensación es sobrecogedora. Catherine A. MacKinnon disfruta el momento, té de por medio, mientras conversa con Página/12. Esta abogada norteamericana, de cabellos lacios largos y grises con mechones castaños, con peinado recogido, es, tal vez, la jurista feminista más reconocida internacionalmente. Desde hace un año y medio asesora en cuestiones de género al fiscal Luis Moreno Ocampo en la Corte Penal Internacional (CPI). Pionera en litigio estratégico en casos de violencia contra las mujeres, es una de las ideólogas del modelo que se empezó a aplicar en Suecia para combatir la trata de mujeres y la prostitución y que consiste en la penalización de los clientes además de los proxenetas. “Los hombres que las compran para usarlas sexualmente deben ser encarcelados”, no duda en afirmar MacKinnon. En los diez años que lleva esa política, en el país nórdico “la trata de niños y mujeres casi ha desaparecido” y “la prostitución bajó casi en un 80 por ciento en algunas ciudades”, reveló en la entrevista con este diario. Además, destacó, la estigmatización empezó a cambiar y va dejando de recaer sobre ellas y ahora quienes son mal vistos son los varones prostituyentes.
Profesora en la Universidad de Michigan y en la Facultad de Derecho de Harvard, activista por la igualdad entre varones y mujeres, MacKinnon fue pionera en litigio estratégico en casos de violencia de género. En la década del ’70 abrió nuevos caminos en la Justicia en los Estados Unidos al argumentar que el acoso sexual en el lugar de trabajo contra la mujer constituye una forma de discriminación por razón de sexo y una violación a la igualdad de derechos. Junto con otra activista por los derechos de las mujeres, la ya fallecida feminista radical Andrea Dworkin, escribió extensamente sobre la pornografía como una forma de violación de los derechos civiles. MacKinnon representó a mujeres bosnias sobrevivientes de las atrocidades sexuales serbias. En ese caso conceptualizó la violación como un acto de genocidio y consiguió un fallo que les otorgó a las víctimas una indemnización de 745 millones de dólares. También fue la primera en concebir la violación como una forma de tortura. “El cuerpo de las mujeres se utiliza para enviar mensajes, como en la pornografía”, afirma sobre el objetivo de las violaciones en conflictos armados. El Estatuto de Roma, el instrumento constitutivo de la CPI, aceptó su teoría de que la violencia contra las mujeres es un crimen por razón de género.
MacKinnon estuvo en Buenos Aires, donde dio una conferencia magistral en la jornada inaugural del Encuentro Internacional sobre Violencia de Género, organizado por el Ministerio Público de la Defensa. También fue recibida en la Corte Suprema y mantuvo una reunión con las ministras Carmen Argibay, Elena Highton y con Raúl Zaffaroni.
–Algunas académicas sostienen que el debate en torno de la trata de mujeres para explotación sexual deja oculto el problema de la prostitución. ¿Usted qué opina?
–Exacto. El problema de la trata es la prostitución. Si no hay prostitución, no hay trata. Muchas personas hablan del problema de la trata como si fuera un problema independiente, como si no fuera la prostitución la primera razón por la cual se trafican mujeres y se controlan sus mentes y se las somete a violencia extrema. Separan la trata de la prostitución y sostienen que la prostitución puede ser voluntaria y libre. Este es un mito. La trata es una vía para reclutar mujeres, a veces hombres, muchas veces transexuales, niñas y niños, para su violación sistemática, para rédito de los traficantes y de los proxenetas.
–Usted sostiene que la prostitución es siempre una forma de violencia sexual. ¿Qué les dice a quienes la consideran un trabajo y pelean por mejoras laborales para las mujeres en situación de prostitución?
–Las mujeres en situación de prostitución son el grupo de mujeres que sufre las mayores violaciones y los niveles más altos de violencia en todo el mundo. La relación entre los proxenetas y las mujeres en prostitución es muy similar a la que tienen las mujeres víctimas de violencia en el ámbito familiar y sus victimarios. A veces están encerradas por la fuerza en los burdeles, encarceladas, con los proxenetas. Claro que es un problema de violencia contra las mujeres. Se puede pensar en que es un trabajo si se olvida que hay una relación desigual entre esos hombres y las mujeres; hay fuerza física de por medio, con golpes y con armas, y también hay otras formas de violencia asociadas, la pobreza, el racismo, la edad.
–¿La edad? ¿A qué se refiere?
–Generalmente son prostituidas siendo niñas: no es un momento de la vida en que se puedan resistir, o elegir libremente porque se desconoce la realidad de lo que le va a pasar. No se puede pensar que se puede dar un consentimiento para ingresar a la prostitución a esa edad o en situaciones de desesperación económica. Es una irrealidad, una fantasía de las leyes y no sólo cuando es una niña, también hay sistemas de fuerza sociales cuando es una mujer adulta. Cuando la persona empezó como niña, todas las posibilidades, la escuela, las oportunidades de otros proyectos están cerradas. La pobreza es universal entre estas personas. Algunos pueden pensar que es una forma de sobrevivir, pero tampoco es cierto: las mujeres que están en prostitución son asesinadas, desaparecidas, en todo el mundo, aquí y en otras partes también. No sobreviven. Mueren a una edad muy joven, mucho más que entre otros grupos de mujeres, tienen problemas de salud como la infección de VIH, y con drogas. La adicción es una forma de sobrevivir en esa situación, porque no es posible sobrellevarlo y tener la cabeza clara. Además, los proxenetas y los tratantes utilizan las drogas con ellas como una forma de reforzar la dependencia. Esa, en la calle o en las casas, no es una vida. La mayor parte de las mujeres que están en una situación de prostitución en todo el mundo cuando se les pregunta qué quieren, el 89 por ciento responde: “Yo quiero salir, pero no sé cómo, ayúdame”. Es una situación de esclavitud. En un contexto en que hay leyes que penalizan la prostitución de varios tipos, ellas son victimizadas por la policía, que debe protegerlas. Y además, les quedan antecedentes penales: en su legajo dice “delincuente”. Y eso les genera más dependencia hacia los proxenetas y entonces, en menor medida escogen una salida a la prostitución porque otros empleadores no las tomarían por tener antecedentes penales. Los hombres que las compran para usar sexualmente deben ser encarcelados.
–¿Nunca puede haber libre elección? La jurista española Maqueda Abreu planteó que hay mujeres que optan por esa actividad como proyecto migratorio en algún momento de sus vidas.
–A veces los traficantes usan esa idea para cooptarlas. Les dicen una cosa y en realidad sucede otra. Es una explotación de la esperanza, especialmente cuando hay gran pobreza y las posibilidades laborales son bajas.
–A partir de su propuesta, Suecia ha empezado a perseguir a los clientes. ¿Qué resultado está dando esa política?
–Ya lleva diez años. Tenemos varios estudios sobre el tema. Lo que aparece es que la trata de niños y mujeres casi ha desaparecido. Como los clientes en Suecia son delincuentes, los tratantes eligen otras partes donde pueden vender las mujeres, donde la prostitución es completamente legal. La prostitución bajó en un 80 por ciento en algunas ciudades. Y la estigmatización empieza a cambiar un poquito: de ellas a ellos, los clientes. Eso es algo muy importante porque siempre la estigmatización afecta a la mujer. Un argumento para defender la legalidad es que es más fácil de controlar y se puede minimizar la trata y cuidar la salud de las mujeres en prostitución. En Alemania, donde es legal, el gobierno ha concluido que no eso no es verdad: en ese país, las mujeres deben registrarse con su nombre para obtener un carnet sanitario y ellas no quieren que se sepa oficialmente que la prostitución es parte de los registros oficiales de su vida. Entonces prefieren estar ilegales y no reciben los beneficios en salud y en otros aspectos. En los países donde es legal, hay regulaciones que establecen qué es lo que pueden hacer ahí los hombres: las corbatas, los cinturones, encendedores, deben quedar en la puerta para que no sean utilizados contra las mujeres. A los clientes no les gusta esta limitación. Entonces ellos compran a las mujeres ilegales y la demanda por ellas crece. La legalización no es efectiva. En Alemania lo entienden así y están viendo qué pueden hacer.
–¿En qué países está legalizada y regulada la prostitución además de Alemania y Holanda?
–Nueva Zelanda, en dos provincias en Australia, en diez condados en el estado de Nevada.
–¿Qué países han seguido el mismo camino que Suecia?
–Noruega, Islandia. El año pasado Inglaterra aprobó una ley que es un paso en esta dirección para perseguir a los clientes, pero todavía mantienen una ley que penaliza a las personas en situación de prostitución. Lo mismo ocurre en Sudáfrica desde el 2007: pero enjuiciaron a más de tres mil mujeres y sólo a diez clientes. Ese no es el modelo sueco.
–¿Cuál es la sanción en Suecia?
–Una pena de cárcel y una multa. Yo creo que las mujeres en prostitución deberían además recibir una indemnización, una reparación civil, de parte del Estado por haber sido víctimas de un crimen. La ley sueca de todas formas tiene algunos problemas porque cuando se redactó se estableció: “Es un crimen comprar servicios sexuales”. Yo propuse que dijera: “Es un crimen comprar una persona por sexo”. Por cómo está redactada la ley, la víctima resulta inexistente. Otro problema es que muchas veces son violadas por los proxenetas, pero no se investigan esos delitos. Como si las mujeres en prostitución tuvieran menos derechos.
–¿Qué se compra y qué se vende en prostitución?
–Ellos compran el poder de hacer lo que quieran con ellas. Ellas pretenden gozar. Es una simulación. Ellas no están ahí como personas. Es el modelo puro de abuso sexual de una niña violada, es la sexualidad de la de-sigualdad.
extraido de http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-148805-2010-07-04.html
Identidad, prostitución y trata desde la perspectiva de jóvenes universitarios.
Mg. María Cristina de los Reyes y Esp. Mariana Buzeki
Facultad de Psicología Universidad Nacional de Mar del Plata.
El desarrollo de nuevas formas de esclavitud en el siglo XXI socava los fundamentos políticos y jurídicos de las democracias occidentales, por lo cual la trata de personas con fines de explotación sexual concita grandes debates. Un eje de esos debates lo constituye la asociación entre prostitución y trata, por sus relaciones simbólicas y materiales.
La escasa investigación en los ámbitos académicos y profesionales acerca de esta nueva forma de esclavitud contrasta con las luchas sociales y el nacimiento de redes y organizaciones sociales que desarrollan campañas solidarias con las víctimas y de condena al delito. Son referentes de estas redes y organizaciones o periodistas, las y los autores de los primeros libros referidos al tema en Latinoamérica[1].
No hemos encontrado resultados de investigaciones realizadas desde las propias perspectivas de los “clientes” o “prostituyentes”[2], lo que motivó esta aproximación al análisis del discurso de sentido común desde la perspectiva de trece estudiantes universitarios varones cuyas edades oscilaban entre los 23 y los 30 años, entrevistados en el contexto de un trabajo de pre-grado bajo nuestra supervisión[3]. Eran estudiantes de economía, arquitectura, ingeniería, agrarias, diseño industrial, exactas y bioquímica.
Desde los aportes del feminismo y el psicoanálisis (Olsen, 2000; Tubert, 2002; Volnovich, 2006), la psicología social construccionista (Gergen, 1993), y las teorías de la identidad postconstruccionistas (López Silva, 2011; Melucci, 2001; Revilla, 2003), partimos de la concepción de la trata con fines de explotación sexual como una vulneración a los derechos humanos fundamentales, entre los cuales destaca el derecho a una identidad valiosa.
Nos centraremos en este trabajo en el análisis de procesos interaccionales y contextuales descriptos por los entrevistados que construyen y/o reproducen identidades sociales de prostitutas y clientes, y en las relaciones que los entrevistados establecen entre prostitutas y víctimas de trata.
En el supuesto de encontrar significaciones diferentes atribuidas a prostitutas y clientes según las experiencias de los entrevistados con las primeras, analizamos las narrativas referidas a los temas seleccionados diferenciando a quienes tuvieron experiencias sexuales con prostitutas de quienes no las tuvieron.
Siete fueron los entrevistados que reconocieron haber pagado por sexo a prostitutas (E1, E3, E4, E9, E10, E11 y E13). Entre los seis restantes que afirman no haber pagado por sexo (E2, E5, E6, E7, E8, y E12), sólo dos conocían prostitutas en forma indirecta.
La prostituta y la relación con la trata de personas
a – Para los entrevistados que tuvieron sexo por dinero con prostitutas:
Es la profesión más antigua del mundo… Si se realiza por elección y voluntad propia y sin esclavismos, no hay nada que opinar…
"...Las que yo conocí no estaban obligadas, por un interés económico realizan esa actividad (E1, 26 a.)
"...Es un trabajo, yo pago por ese servicio. Nunca pensé que podrían estar secuestradas o algo…fui a lugares caros…los clientes lo hacen sin darse cuenta de que las mujeres están siendo explotadas o quizá lo saben pero no les importa…. por lo general los lugares en los que las chicas están secuestradas ó las maltratan son lugares turbios … (E3, 23 a.)
"...Es una mujer más… es un trabajo, como cualquier otro, lo que vende es placer…no su cuerpo, venden placer a las personas… Si vos estás con una mujer así no sabés si es explotada o no, porque no te lo dicen… (E4, 29 a.)
"...Hay gente que es obligada y hay otra gente que lo hace por necesidad …. Es un lugar que conocía todo el mundo, así que pienso que estarían bien. Son jóvenes o adultas, no hay menores … Las chicas que secuestran son muy jovencitas, del extranjero, o de otras provincias, de pueblo, muy humildes … Está todo armado, y si ella no te lo dice… El que anda mucho en la noche debe saber de lugares donde hay explotación o no. Yo, en mi caso, hasta que no me lo diga no me daría cuenta. (E9, 26 a.)
"...Por lo menos de la persona que yo conocí era una opción de vida, me imagino que es porque le gusta. Tenía un trabajo, y aparte el de la prostitución, me imagino que será vocacional … Ella me contó que eligió eso porque sacaba plata fácil, … En el caso de las tratadas como esclavas, están drogadas… tienen la vida hecha bosta… Si son más grandes, no sabés si lo hacen porque quieren o no, deben de tener miedo de hablar (E10, 27 a.)
"...Es una persona normal … le interesa la plata y no le interesa la forma sentimental de la persona, de uno… es un trabajo … Cuando las traen engañadas es diferente, no sabés por qué está ahí, si lo hizo porque es prostituta de profesión, por necesidad… Hay amenazas, retención de documentos … mujeres menores de edad o engañadas directamente, que son provincianas … paraguayas, bolivianas (E11, 27 a.)
b – La prostituta según entrevistados que no conocieron a alguna de ellas, o no pagaron por sexo.
"...No siempre lo quieren hacer por más que estén trabajando de eso… algunas se acostumbran y lo hacen. No todas pueden ser rehenes ó privadas de su libertad … algunas si, pero otras se irían… (E2, 30 a.,)
Esas personas que tienen ese oficio no tienen ganas de hacerlo y lo hacen por que no les queda otra (E 5, 23 a.)
"...Gente que vive para eso, le gusta eso, lo eligió porque se llena de plata, no quieren otra cosa. Pero a mi se me hace que esa gente ya es media enferma…algo no resuelto en ellas. La trata es privar a alguien de la libertad por medio de engaño, por una promesa de un mejor laburo, las obligan a ser vejadas sexualmente por gente que paga (E6, 25 a.)
"...Mujeres que quieren conseguir plata rápido, porque ahora la prostitución es una de las cosas mejores pagas, y hablando en criollo, la mujer lo que tiene que hacer es abrirse de piernas y fingir un poquito (E7, 25 a.)
Hay mujeres grandes que van a estos lugares porque les gusta, y son conscientes…están más libres… Otras chicas las han traído engañadas, están encerradas, no las dejan salir afuera … últimamente buscan chicas más chicas, entonces me duele (E8, 26 a.)
La prostitución para mí, surge de una necesidad, no lo veo como una actividad placentera de quien la ejerce. Como una consecuencia de una situación muy difícil, que deriva en eso, sumado a… no sé…, muchos conflictos internos (E12, 26 a.)
El cliente: motivos, características y opiniones sobre los que pagan por sexo.
a - Para los entrevistados que tuvieron sexo con prostitutas
Hay gente que no tiene pareja y va a esos lugares para satisfacer sus necesidades, otros por diversión. Hay mucha gente que van por curiosidad. Yo no me considero mala persona por haber ido ahí… atrae consumidores de todas las edades, las clases sociales (E3, 23 a. )
Van a tener una compañía porque están solos, o porque están mal con la mujer. Es la necesidad que tenés… tanto el hombre como la mujer, lo que pasa es que estos lugares son sólo para hombres. (E4, 29 a.)
Cada uno elige la forma de satisfacerse, no puedo juzgar a una persona porque no sé porqué motivos irán … Yo entiendo la gente que está soltera y que quiere ir a pasar un buen momento … Te suben la autoestima, con tantos halagos te mandás de una … Por ahí hablan cosas que no hablan con la pareja … Están los de 17 ó 18 en esos lugares junto a los de 40, 50 ó 60 años … Si vas con amigos vas más a la fuerza… (E9, 26 a.)
Las personas que van ahí si está todo bien, que hagan lo que quieran … Es muy diferente si las cosas no son tan legales. Van porque no tienen ni la más mínima idea de cómo levantarse una mina, les es más fácil … Otros porque se van de fiesta…hay diez mil razones, curiosidad, soledad … Tipos grandes que a veces iban más a charlar que a otra cosa …. Pero los que van y lo hacen con menores, algún problemita tendrán …. (E10, 27 a.).
Uno no está cometiendo un delito, se ofrece un servicio sexual … Unos van por diversión, o por curiosidad, y otros se satisfacen sexualmente… Uno no va a ver qué siente en especial con esa persona en lo emocional … Otros son adictos a la prostitución (E11, 27 a.)
b - El cliente desde la perspectiva de los que no pagaron por sexo con prostitutas
Gente que se siente sola y… muchas van por vagancia… porque les gusta eso…un tipo de personas que a lo mejor son agresivas … (E 2, 30 a.)
Van a buscar una mina que tenga mucha experiencia … Son personas que por ahí están solas … me parece moralmente reprobable. Me parece desagradable que no sea porque tenés onda con la mina, sino por que simplemente le vas a pagar (E 5, 23 a.) DOMINACIÓN
Se me hace que ellos tendrían una cuota de enfermedad en la cabeza. A mi no me gustaría estar con alguien que estuvo con veinte tipos antes que yo … no es sano el ambiente, no es sano el lugar… y no es sano el tipo que va. (E6, 25 a.)
No es normal, se siente inferior al no poder realizarse como hombre … si vos no te sentís capaz de hacer el cortejo para tener relaciones, me parece que no estás como para formar una pareja (E7, 25 a.)
Va gente de todos los niveles económicos y gente del poder, políticos, jueces, policías, … no sé si es para divertirse, o gente que tiene un problema… No les importa nada… Algunos dicen que la prostitución tendría que existir para esos tipos que están solos, para que no haya violaciones … yo creo que no se corta el tema de las violaciones (E8, 26 a.)
No es una necesidad física. Es algo más allá de eso. No sé si es una necesidad de poder, sino de reconocimiento, de tener derechos sobre otra persona, o que alguien le esté prestando atención a cambio de dinero (E12, 26 a.). DOMINACIÓN.
Van por una cuestión de impulso, por una cuestión de deseo. Y no piensan más allá de eso, ni cómo viven ni que es lo que hacen. (E13, 27 a.)
Conclusiones
Desde las narrativas de los siete entrevistados que tuvieron sexo por dinero, la factible relación entre la situación de las prostitutas conocidas y la explotación sexual es negada, aún cuando cuatro de ellos reconocen que es imposible saber si estaban siendo explotadas porque ellas no lo dirían. Justifican sus relaciones con prostitutas porque fueron presionados por el grupo de amigos, e indirectamente, refiriéndose a las víctimas de trata como “menores”, a diferencia de las prostitutas conocidas, explotadas en lugares “turbios” donde un entrevistado aclara no ir. Las esclavizadas serían extranjeras, o de otras provincias, de pueblo, muy humildes. Asimismo describen al cliente como el que no tiene pareja, o tiene problemas con esa pareja, impulsado por necesidades sexuales, afectivas y de diversión, por soledad y curiosidad.
El análisis nos permite descubrir la naturalización de la prostitución: es un trabajo, una elección, una vocación, ganan plata fácil, sólo los que andan en la noche pueden detectar si son obligadas, con lo que se desrresponsabilizan como clientes. Se niega de esta forma el derecho de las mujeres en situación de prostitución a la libertad, la dignidad y a la construcción de identidades valiosas.
Entre los que no pagaron por sexo con prostitutas se encuentra la mayor proporción (cuatro entre seis entrevistados) de expresiones comprensivas de las situaciones que conducen a esta situación (necesidades económicas, vida difícil, no conformidad y conflictos internos). Y las características de los clientes para estos entrevistados son más descalificadoras, en tanto refieren a enfermedad, vagancia, sentimiento de inferioridad, incapacidad para manejar impulsos y deseos, moralmente reprobable, agresividad y necesidad de tener derechos sobre otras personas.
Prostitución y trata se encuentran estrechamente relacionadas, y al mismo tiempo invisibilizada la relación desigual de poder que instaura el patriarcado. Las identidades sexuadas hombre y mujer, – construídas a partir de una lógica dualista de oposiciones binarias -, suministran bases esencialistas al poder patriarcal, conduciendo a la creencia en la estructura “natural” o inevitable de sus instituciones.
Bibliografía
Gergen K. J. (1992, 1ª ed. Inglesa): El yo saturado. Ed. Paidós, Barcelona, 1993.
López Silva P. (2011): Discusiones acerca de la identidad personal ¿Fenómeno experimentado o construcción conversacional?, Universidad Pontificia de Valparaíso, http://philpapers.org/archive/LPEDAD
Melucci A. (2001): “Construcción de sí, Narración y Reconocimiento”, en Vivencia y Convivencia. Teoría Social para una era de la información. Madrid, Ed. Trotta.
Olsen, F. (2000): El sexo del derecho, en A. Ruiz (comp.) La identidad femenina y el discurso del derecho, Buenos Aires, Biblos.
Tubert, S. (2002). Psicoanálisis, feminismo y posmodernismo, en Foro de Discusión de Psicoanálisis, Estudios Feministas y Género. URL: http://www.psicomundo.com, consultado en Marzo 2012.
Volnovich, J. C. (2006): Ir de putas. Reflexiones acerca de los clientes de la prostitución, Buenos Aires, Ed. Topía.
Revilla J. C. (2003): Los anclajes de la identidad personal, Athenea Digital, N° 4.
[1]“Se trata de nosotras. La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual”, Isla, M. y Demarco, L. (comps.), 2008, Buenos Aires, Las Juanas Editoras, y “Esclavas del poder”, Cacho Ribeiro, L., Ed. Debate. El libro de Lydia Cacho, periodista mexicana, refleja una extensa investigación basada, entre otros datos, en testimonios de mujeres y niñas víctimas de la trata, mientras que el primero es una compilación de artículos de diversos autores con diferentes inserciones sociales y miradas sobre la prostitución y la trata en América Latina.
[2] Juan Carlos Volnovich ha aportado una reflexión psicoanalítica y feminista desde la clínica sobre los clientes de la prostitución en su libro “Ir de putas” (Topía, 2006). Su aporte nos ha permitido ampliar la mirada psicosocial hacia los aspectos intrasubjetivos implicados, pero la extensión de este trabajo no nos permite reflejarlo adecuadamente.
[3] “Representación social de la trata de mujeres con fines de explotación sexual”, Noviembre 2012. Alumnas: Mastropieto, Micaela G., Muguerza Ana M. y Panaggio Romina. Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
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