El experto húngaro Péter Szil aboga por un debate entre los hombres para desmontar el concepto de sexualidad que se esconde detrás de la prostitución, basado en la dominación y la vi
A. Gaitero - león A. Gaitero 30/09/2006
«La prostitución no es un problema de mujeres, sino de hombres que la causan» y es a ellos a los que hay que desenmascarar, afirma el psicoterapeuta húngaro Péter Szil, que esta mañana abre la jornada organizada por la asociación Simone de Beauvoir sobre la influencia de la prostitución en la socialización de la juventud. Pero, reflexiona Szil, si después de años de lucha por la erradicación de la violencia de género, aún no se ha logrado decir «un asesino más, en lugar de una víctima más», en la lucha abolicionista de la prostitución «va a ser más difícil visibilizar a los consumidores de pornografía y a los que prostituyen». Szil, que hablará de la demanda sexual masculina, considera urgente «debatir entre los hombres ese concepto de sexualidad retorcido basado en la dominación». El experto argumenta la conexión directa entre pornografía y prostitución, porque ésta es la realización de sus ideales. «La pornografía es el márketing de la prostitución» y abogar por otro modelo de sexualidad -aclara- no es alinearse con el fundamentalismo católico ni contra la libertad de expresión que invoca la difusión de pornografía. -¿Qué consecuencias tiene la tolerancia de la prostitución en la relación de hombres y mujeres? -Es muy grave para los hombres y mujeres adultas, y para la educación de las generaciones venideras. En la prostitución se realiza un concepto de sexualidad en el cual el sexo se vincula a dominación y violencia. Aplicar una postura antiprostitución no es sólo cuestión primordial de protección de las personas prostituidas, también de prevención. Si no, es muy incoherente intentar hacer programas de educación sexual o de educación para la igualdad en las escuelas. -España atraviesa por una de etapa importante en avances de igualdad y lucha contra la violencia de género. ¿Pueden fracasar estas políticas si no se aborda el problema de la prostitución? -España tiene una de las leyes más radicales y progresistas contra la violencia machista, y es obvio que la prostitución es una de las formas más repugnantes de la violencia hacia las mujeres. Y no sólo en casos de mujeres traficadas, secuestradas o mantenidas en la prostitución con violencia pura y dura. Prostituir a una mujer significa que un hombre obtiene de una mujer algo que, de otra manera, sólo podría conseguir con violencia. El llamado cliente de la prostitución y, con él, también la sociedad, lo disimula con el poder del dinero y el trabajo violento lo hacen los proxenetas. -Culturalmente, la prostitución a veces se considera un bien social. Se pueden oír cosas como: «Mejor que vaya con una prostituta que no se rompa una familia». -En una sociedad que basa la convivencia social en derechos humanos es absolutamente inaceptable, porque es una forma de esclavitud, que una parte de la población femenina esté reservada y obligada a satisfacer esas necesidades. Durante el mundial se dijo que es un bien social para que los hombres mitiguen con prostitutas la violencia que produce el fútbol en lugar de hacer otras cosas más violentas. Así reconocen que en la prostitución se mueve violencia. -¿Es cierto que la sexualidad masculina es incontenible, mientras que las mujeres pueden esperar, o es un tópico cultural? -Es un tópico cultural y un instrumento de la dominación masculina. Fisiológicamente es una tontería. La sexualidad humana, tanto de hombres como de mujeres, es en su mayor parte una construcción social y cultural y, sólo en una parte biológica, pero mantener ese mito es una fórmula para que los hombres sigan cómodos en esa idea de sexualidad como dominación, en la que mujeres tienen que estar disponibles para ellos. -¿Cómo se debe educar a hijos e hijas para evitar estos modelos? -Hay que educar a los jóvenes en la igualdad. Detrás de la prostitución no hay un problema de sexualidad, sino de desigualdad entre los géneros. Lo más antiguo de la prostitución no es, como se suele decir, que se trata de la profesión más antigua del mundo, sino que es una de las formas más antiguas de dominación masculina. En último extremo y a largo plazo lo que previene la prostitución es la igualdad en las relaciones. -Uno de cada tres hombres en España utiliza la prostitución y es un gran negocio. ¿Es posible llegar al abolicionismo? ¿Son un referente en contra los sistemas regulacionistas de países avanzados como Holanda y Alemania? -En Holanda, la legalización de la prostitución ha sido un fracaso. La policía incluso tuvo que cerrar una de las zonas Lámpara roja más famosas de Ámsterdam porque se les escapó de la mano completamente. En lugar de reducirse la criminalidad, como se anunciaba, se ha disparado el comercio con niñas, pues la edad de entrada de las mujeres en la prostitución ha bajado a los 14 años y la mafia se ha hecho con el terreno completamente. Esto no sorprende porque, si se legaliza algo criminal ganan los criminales. Respecto a la primera parte de su pregunta, quiero ser optimista y realista a la vez. A lo mejor no vamos a poder hacer desaparecer la prostitución completamente, pero si es una cuestión de derechos humanos, ninguna sociedad puede permitirse el legalizar o regular formas de violencia hacia las personas. El modelo sueco, que penaliza al cliente y no a la prostituta funciona. -¿Zapatero se atreverá a hincar el diente a este problema o lo aparcará para no decantarse por regulacionistas o abolicionistas? -No hago predicciones políticas, pero igual que hace años el derecho al voto de la mujer fue el paso necesario para poder acceder a una sociedad más moderna y basada en derechos humanos, y el derecho de las mujeres a vivir sin violencia y los derechos de los homosexuales han sido la siguiente cuestión, ahora falta solamente afrontar el tema de la prostitución para hacer coherente esa política. -¿Qué le debería pasar al político de Puertollano que dijo a su compañera de oposición: «Sigue yendo por esos caminos que te van a echar un polvo» al pedir ella informes de caminos vecinales? -El comentario del concejal debería provocar una reprobación unánime de todos y todas, independientemente de afiliación de partido, ya no sólo por machista e hiriente, sino porque es un ejemplo elocuente de la banalización de la violencia sexual, de la violación, tan vinculada al concepto de sexualidad masculino del que se nutre también la cultura de la prostitución. 1397124194 1397058884
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