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domingo, 2 de febrero de 2014

IDENTIDAD-PROSTITUCION Y TRATA-


LA PROPUESTA DE UNA JURISTA PARA COMBATIR LA PROSTITUCION 


“Los clientes deben ser encarcelados”
Catherine MacKinnon es pionera en litigio estratégico en casos de violencia contra mujeres. Pide penalizar a los clientes de la prostitución. Y asegura que la violación es una forma de tortura.

 Por Mariana Carbajal


Afuera diluvia. La lluvia cae a torrentes sobre el techo vidriado del café del Malba, en Palermo. La sensación es sobrecogedora. Catherine A. MacKinnon disfruta el momento, té de por medio, mientras conversa con Página/12. Esta abogada norteamericana, de cabellos lacios largos y grises con mechones castaños, con peinado recogido, es, tal vez, la jurista feminista más reconocida internacionalmente. Desde hace un año y medio asesora en cuestiones de género al fiscal Luis Moreno Ocampo en la Corte Penal Internacional (CPI). Pionera en litigio estratégico en casos de violencia contra las mujeres, es una de las ideólogas del modelo que se empezó a aplicar en Suecia para combatir la trata de mujeres y la prostitución y que consiste en la penalización de los clientes además de los proxenetas. “Los hombres que las compran para usarlas sexualmente deben ser encarcelados”, no duda en afirmar MacKinnon. En los diez años que lleva esa política, en el país nórdico “la trata de niños y mujeres casi ha desaparecido” y “la prostitución bajó casi en un 80 por ciento en algunas ciudades”, reveló en la entrevista con este diario. Además, destacó, la estigmatización empezó a cambiar y va dejando de recaer sobre ellas y ahora quienes son mal vistos son los varones prostituyentes.
Profesora en la Universidad de Michigan y en la Facultad de Derecho de Harvard, activista por la igualdad entre varones y mujeres, MacKinnon fue pionera en litigio estratégico en casos de violencia de género. En la década del ’70 abrió nuevos caminos en la Justicia en los Estados Unidos al argumentar que el acoso sexual en el lugar de trabajo contra la mujer constituye una forma de discriminación por razón de sexo y una violación a la igualdad de derechos. Junto con otra activista por los derechos de las mujeres, la ya fallecida feminista radical Andrea Dworkin, escribió extensamente sobre la pornografía como una forma de violación de los derechos civiles. MacKinnon representó a mujeres bosnias sobrevivientes de las atrocidades sexuales serbias. En ese caso conceptualizó la violación como un acto de genocidio y consiguió un fallo que les otorgó a las víctimas una indemnización de 745 millones de dólares. También fue la primera en concebir la violación como una forma de tortura. “El cuerpo de las mujeres se utiliza para enviar mensajes, como en la pornografía”, afirma sobre el objetivo de las violaciones en conflictos armados. El Estatuto de Roma, el instrumento constitutivo de la CPI, aceptó su teoría de que la violencia contra las mujeres es un crimen por razón de género.
MacKinnon estuvo en Buenos Aires, donde dio una conferencia magistral en la jornada inaugural del Encuentro Internacional sobre Violencia de Género, organizado por el Ministerio Público de la Defensa. También fue recibida en la Corte Suprema y mantuvo una reunión con las ministras Carmen Argibay, Elena Highton y con Raúl Zaffaroni.
–Algunas académicas sostienen que el debate en torno de la trata de mujeres para explotación sexual deja oculto el problema de la prostitución. ¿Usted qué opina?
–Exacto. El problema de la trata es la prostitución. Si no hay prostitución, no hay trata. Muchas personas hablan del problema de la trata como si fuera un problema independiente, como si no fuera la prostitución la primera razón por la cual se trafican mujeres y se controlan sus mentes y se las somete a violencia extrema. Separan la trata de la prostitución y sostienen que la prostitución puede ser voluntaria y libre. Este es un mito. La trata es una vía para reclutar mujeres, a veces hombres, muchas veces transexuales, niñas y niños, para su violación sistemática, para rédito de los traficantes y de los proxenetas.
–Usted sostiene que la prostitución es siempre una forma de violencia sexual. ¿Qué les dice a quienes la consideran un trabajo y pelean por mejoras laborales para las mujeres en situación de prostitución?
–Las mujeres en situación de prostitución son el grupo de mujeres que sufre las mayores violaciones y los niveles más altos de violencia en todo el mundo. La relación entre los proxenetas y las mujeres en prostitución es muy similar a la que tienen las mujeres víctimas de violencia en el ámbito familiar y sus victimarios. A veces están encerradas por la fuerza en los burdeles, encarceladas, con los proxenetas. Claro que es un problema de violencia contra las mujeres. Se puede pensar en que es un trabajo si se olvida que hay una relación desigual entre esos hombres y las mujeres; hay fuerza física de por medio, con golpes y con armas, y también hay otras formas de violencia asociadas, la pobreza, el racismo, la edad.
–¿La edad? ¿A qué se refiere?
–Generalmente son prostituidas siendo niñas: no es un momento de la vida en que se puedan resistir, o elegir libremente porque se desconoce la realidad de lo que le va a pasar. No se puede pensar que se puede dar un consentimiento para ingresar a la prostitución a esa edad o en situaciones de desesperación económica. Es una irrealidad, una fantasía de las leyes y no sólo cuando es una niña, también hay sistemas de fuerza sociales cuando es una mujer adulta. Cuando la persona empezó como niña, todas las posibilidades, la escuela, las oportunidades de otros proyectos están cerradas. La pobreza es universal entre estas personas. Algunos pueden pensar que es una forma de sobrevivir, pero tampoco es cierto: las mujeres que están en prostitución son asesinadas, desaparecidas, en todo el mundo, aquí y en otras partes también. No sobreviven. Mueren a una edad muy joven, mucho más que entre otros grupos de mujeres, tienen problemas de salud como la infección de VIH, y con drogas. La adicción es una forma de sobrevivir en esa situación, porque no es posible sobrellevarlo y tener la cabeza clara. Además, los proxenetas y los tratantes utilizan las drogas con ellas como una forma de reforzar la dependencia. Esa, en la calle o en las casas, no es una vida. La mayor parte de las mujeres que están en una situación de prostitución en todo el mundo cuando se les pregunta qué quieren, el 89 por ciento responde: “Yo quiero salir, pero no sé cómo, ayúdame”. Es una situación de esclavitud. En un contexto en que hay leyes que penalizan la prostitución de varios tipos, ellas son victimizadas por la policía, que debe protegerlas. Y además, les quedan antecedentes penales: en su legajo dice “delincuente”. Y eso les genera más dependencia hacia los proxenetas y entonces, en menor medida escogen una salida a la prostitución porque otros empleadores no las tomarían por tener antecedentes penales. Los hombres que las compran para usar sexualmente deben ser encarcelados.
–¿Nunca puede haber libre elección? La jurista española Maqueda Abreu planteó que hay mujeres que optan por esa actividad como proyecto migratorio en algún momento de sus vidas.
–A veces los traficantes usan esa idea para cooptarlas. Les dicen una cosa y en realidad sucede otra. Es una explotación de la esperanza, especialmente cuando hay gran pobreza y las posibilidades laborales son bajas.
–A partir de su propuesta, Suecia ha empezado a perseguir a los clientes. ¿Qué resultado está dando esa política?
–Ya lleva diez años. Tenemos varios estudios sobre el tema. Lo que aparece es que la trata de niños y mujeres casi ha desaparecido. Como los clientes en Suecia son delincuentes, los tratantes eligen otras partes donde pueden vender las mujeres, donde la prostitución es completamente legal. La prostitución bajó en un 80 por ciento en algunas ciudades. Y la estigmatización empieza a cambiar un poquito: de ellas a ellos, los clientes. Eso es algo muy importante porque siempre la estigmatización afecta a la mujer. Un argumento para defender la legalidad es que es más fácil de controlar y se puede minimizar la trata y cuidar la salud de las mujeres en prostitución. En Alemania, donde es legal, el gobierno ha concluido que no eso no es verdad: en ese país, las mujeres deben registrarse con su nombre para obtener un carnet sanitario y ellas no quieren que se sepa oficialmente que la prostitución es parte de los registros oficiales de su vida. Entonces prefieren estar ilegales y no reciben los beneficios en salud y en otros aspectos. En los países donde es legal, hay regulaciones que establecen qué es lo que pueden hacer ahí los hombres: las corbatas, los cinturones, encendedores, deben quedar en la puerta para que no sean utilizados contra las mujeres. A los clientes no les gusta esta limitación. Entonces ellos compran a las mujeres ilegales y la demanda por ellas crece. La legalización no es efectiva. En Alemania lo entienden así y están viendo qué pueden hacer.
–¿En qué países está legalizada y regulada la prostitución además de Alemania y Holanda?
–Nueva Zelanda, en dos provincias en Australia, en diez condados en el estado de Nevada.
–¿Qué países han seguido el mismo camino que Suecia?
–Noruega, Islandia. El año pasado Inglaterra aprobó una ley que es un paso en esta dirección para perseguir a los clientes, pero todavía mantienen una ley que penaliza a las personas en situación de prostitución. Lo mismo ocurre en Sudáfrica desde el 2007: pero enjuiciaron a más de tres mil mujeres y sólo a diez clientes. Ese no es el modelo sueco.
–¿Cuál es la sanción en Suecia?
–Una pena de cárcel y una multa. Yo creo que las mujeres en prostitución deberían además recibir una indemnización, una reparación civil, de parte del Estado por haber sido víctimas de un crimen. La ley sueca de todas formas tiene algunos problemas porque cuando se redactó se estableció: “Es un crimen comprar servicios sexuales”. Yo propuse que dijera: “Es un crimen comprar una persona por sexo”. Por cómo está redactada la ley, la víctima resulta inexistente. Otro problema es que muchas veces son violadas por los proxenetas, pero no se investigan esos delitos. Como si las mujeres en prostitución tuvieran menos derechos.
–¿Qué se compra y qué se vende en prostitución?
–Ellos compran el poder de hacer lo que quieran con ellas. Ellas pretenden gozar. Es una simulación. Ellas no están ahí como personas. Es el modelo puro de abuso sexual de una niña violada, es la sexualidad de la de-sigualdad.
extraido de http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-148805-2010-07-04.html


Identidad, prostitución y trata desde la perspectiva de jóvenes universitarios.
Mg. María Cristina de los Reyes y Esp. Mariana Buzeki
Facultad de Psicología Universidad Nacional de Mar del Plata.

El desarrollo de nuevas formas de esclavitud en el siglo XXI socava los fundamentos políticos y jurídicos de las democracias occidentales, por lo cual la trata de personas con fines de explotación sexual concita grandes debates. Un eje de esos debates lo constituye la asociación entre prostitución y trata, por sus relaciones simbólicas y materiales. 
La escasa investigación en los ámbitos académicos y profesionales acerca de esta nueva forma de esclavitud contrasta con las luchas sociales y el nacimiento de redes y organizaciones sociales que desarrollan campañas solidarias con las víctimas y de condena al delito. Son referentes de estas redes y organizaciones o periodistas, las y los autores de los primeros libros referidos al tema en Latinoamérica[1]
No hemos encontrado resultados de investigaciones realizadas desde las propias perspectivas de los “clientes” o “prostituyentes”[2], lo que motivó esta  aproximación al análisis del discurso de sentido común desde la perspectiva de trece estudiantes universitarios varones cuyas edades oscilaban entre los 23 y los 30 años, entrevistados en el contexto de un trabajo de pre-grado bajo nuestra supervisión[3]. Eran estudiantes de economía, arquitectura, ingeniería, agrarias, diseño industrial, exactas y bioquímica.
Desde los aportes del feminismo y el psicoanálisis (Olsen, 2000; Tubert, 2002; Volnovich, 2006), la psicología social construccionista (Gergen, 1993), y las teorías de la identidad postconstruccionistas (López Silva, 2011; Melucci, 2001; Revilla, 2003), partimos de la concepción de  la trata con fines de explotación sexual como una vulneración a los derechos humanos fundamentales, entre los cuales destaca el derecho a  una identidad valiosa.

Nos centraremos en este trabajo en el análisis de procesos interaccionales y contextuales descriptos por los entrevistados que construyen y/o reproducen identidades sociales de prostitutas y clientes, y en las relaciones que los entrevistados establecen entre prostitutas y víctimas de trata.

En el supuesto de encontrar significaciones diferentes atribuidas a prostitutas y clientes según las experiencias de los entrevistados con las primeras, analizamos las narrativas referidas a los temas seleccionados diferenciando a quienes tuvieron experiencias sexuales con prostitutas de quienes no las tuvieron.  
Siete fueron los entrevistados que reconocieron haber pagado por sexo a prostitutas (E1, E3, E4,  E9, E10, E11 y E13). Entre los seis restantes que afirman no haber pagado por sexo (E2, E5, E6, E7, E8, y E12), sólo dos conocían prostitutas en forma indirecta.

La prostituta y la relación con la trata de personas

a – Para los entrevistados que tuvieron sexo por dinero con prostitutas:
Es la profesión más antigua del mundo…  Si se realiza por elección y voluntad propia y sin esclavismos, no hay nada que opinar…
"...Las que yo conocí no estaban obligadas, por un interés económico realizan esa actividad (E1, 26 a.)

"...Es un trabajo, yo pago por ese servicio. Nunca pensé que podrían estar secuestradas o algo…fui a lugares caros…los clientes lo hacen sin darse cuenta de que las mujeres están siendo explotadas o quizá lo saben pero no les importa…. por lo general los lugares en los que las chicas están secuestradas ó las maltratan son lugares turbios … (E3, 23 a.)

"...Es una mujer más… es un trabajo, como cualquier otro, lo que vende es placer…no su cuerpo, venden placer a las personas… Si vos estás con una mujer así no sabés si es explotada o no, porque no te lo dicen… (E4,  29 a.)

"...Hay gente que es obligada y hay otra gente que lo hace por necesidad …. Es un lugar que conocía todo el mundo, así que pienso que estarían bien. Son jóvenes o adultas, no hay menores Las chicas que secuestran son muy jovencitas, del extranjero, o de otras provincias, de pueblo, muy humildes Está todo armado, y si ella no te lo dice… El que anda mucho en la noche debe saber de lugares donde hay explotación o no. Yo, en mi caso,  hasta que no me lo diga no me daría cuenta. (E9, 26 a.)

"...Por lo menos de la persona que yo conocí era una opción de vida, me imagino que es porque le gusta. Tenía un trabajo, y aparte el de la prostitución, me imagino que será vocacional … Ella me contó que eligió eso porque sacaba plata fácil, … En el caso de las tratadas como esclavas, están drogadas… tienen la vida hecha bosta… Si son más grandes, no sabés si lo hacen porque quieren o no, deben de tener miedo de hablar (E10, 27 a.)

"...Es una persona normal …  le interesa la plata y no le interesa la forma sentimental de la persona, de uno… es un trabajo … Cuando las traen engañadas es diferente, no sabés por qué está ahí, si lo hizo porque es prostituta de profesión, por necesidad… Hay amenazas, retención de documentos …  mujeres menores de edad o engañadas directamente, que son provincianas … paraguayas, bolivianas (E11, 27 a.)

b – La prostituta según entrevistados que no conocieron a alguna de ellas, o no pagaron por sexo.

"...No siempre lo quieren hacer por más que estén trabajando de eso… algunas se acostumbran y lo hacen. No todas pueden ser rehenes ó privadas de su libertad … algunas si, pero otras se irían… (E2, 30 a.,)

Esas personas que tienen ese oficio no tienen ganas de hacerlo y lo hacen por que no les queda otra (E 5, 23 a.)

"...Gente que vive para eso, le gusta eso, lo eligió porque se llena de plata, no quieren otra cosa. Pero a mi se me hace que esa gente ya es media enferma…algo no resuelto en ellas. La trata es privar a alguien de la libertad por medio de engaño, por una promesa de un mejor laburo, las obligan a ser vejadas sexualmente por gente que paga (E6, 25 a.)

"...Mujeres que quieren conseguir plata rápido, porque ahora la prostitución es una de las cosas mejores pagas, y hablando en criollo, la mujer lo que tiene que hacer es abrirse de piernas y fingir un poquito (E7, 25 a.)
Hay mujeres grandes que van a estos lugares porque les gusta, y son conscientes…están más libres… Otras chicas las han traído engañadas, están encerradas, no las dejan salir afuera … últimamente buscan chicas más chicas, entonces me duele (E8, 26 a.)
La prostitución para mí, surge de una necesidad, no lo veo como una actividad placentera de quien la ejerce. Como una consecuencia de una situación muy difícil, que deriva en eso, sumado a… no sé…, muchos conflictos internos (E12, 26 a.)

El cliente: motivos, características y opiniones sobre los que pagan por sexo.

a -  Para los entrevistados que tuvieron sexo con prostitutas
Hay gente que no tiene pareja y va a esos lugares para satisfacer sus necesidades, otros por diversión. Hay mucha gente que van por curiosidad. Yo no me considero mala persona por haber ido ahí… atrae consumidores de todas las edades, las clases sociales (E3, 23 a. )
Van a tener una compañía porque están solos, o porque están mal con la mujer. Es la necesidad que tenés… tanto el hombre como la mujer, lo que pasa es que estos lugares son sólo para hombres. (E4, 29 a.)
Cada uno elige la forma de satisfacerse, no puedo juzgar a una persona porque no sé  porqué motivos irán … Yo entiendo la gente que está soltera y que quiere ir a pasar un buen momento … Te suben la autoestima, con tantos halagos te mandás de una … Por ahí hablan cosas que no hablan con la pareja … Están los de 17 ó 18 en esos lugares junto a  los de 40, 50 ó 60 años … Si vas con amigos vas más a la fuerza… (E9, 26 a.)   
Las personas que van ahí si está todo bien, que hagan lo que quieran … Es muy diferente si las cosas no son tan legales. Van porque no tienen ni la más mínima idea de cómo levantarse una mina, les es más fácil … Otros porque se van de fiesta…hay diez mil razones, curiosidad, soledad … Tipos grandes que a veces iban más a charlar que a otra cosa …. Pero los que van y lo hacen con menores, algún problemita tendrán …. (E10, 27 a.).
Uno no está cometiendo un delito, se ofrece un servicio sexual … Unos van por diversión, o por curiosidad, y otros se satisfacen  sexualmente… Uno no va a ver qué siente en especial con esa persona en lo emocional … Otros son adictos a la prostitución (E11, 27 a.)

b -  El cliente desde la perspectiva de los  que no pagaron por sexo con prostitutas
Gente que se siente sola y… muchas van por vagancia… porque les gusta eso…un tipo de personas que a lo mejor son agresivas … (E 2, 30 a.)
Van a buscar una mina que tenga mucha experiencia … Son personas que por ahí están solas … me parece moralmente reprobable. Me parece desagradable que no sea porque tenés onda con la mina, sino por que simplemente le vas a pagar (E 5, 23 a.) DOMINACIÓN
Se me hace que ellos tendrían una cuota de enfermedad en la cabeza. A mi no me gustaría estar con alguien que estuvo con veinte tipos antes que yo … no es sano el ambiente, no es sano el lugar… y no es sano el tipo que va. (E6, 25 a.)
No es normal, se siente inferior al no poder realizarse como hombre … si vos no te sentís capaz de hacer el cortejo para tener relaciones, me parece que no estás como para formar una pareja (E7, 25 a.)
Va gente de todos los niveles económicos y gente del poder, políticos, jueces, policías, … no sé si es para divertirse, o gente que tiene un problema… No les importa nada… Algunos dicen que la prostitución tendría que existir para esos tipos que están solos, para que no haya violaciones … yo creo que no se corta el tema de las violaciones (E8, 26 a.)
No es una necesidad física. Es algo más allá de eso. No sé si es una necesidad de poder, sino de reconocimiento, de tener derechos sobre otra persona, o que alguien le esté prestando atención a cambio de dinero (E12, 26 a.). DOMINACIÓN.
Van por una cuestión de impulso, por una cuestión de deseo. Y no piensan más allá de eso, ni cómo viven ni que es lo que hacen. (E13, 27 a.)

Conclusiones
Desde las narrativas de los siete entrevistados que tuvieron sexo por dinero, la factible relación entre la situación de las prostitutas conocidas y la explotación sexual es negada, aún cuando cuatro de ellos reconocen que es imposible saber si estaban siendo explotadas porque ellas no lo dirían. Justifican sus relaciones con prostitutas porque fueron presionados por el grupo de amigos, e indirectamente, refiriéndose a las víctimas de trata como “menores”, a diferencia de las prostitutas conocidas, explotadas en lugares “turbios” donde un entrevistado aclara no ir. Las esclavizadas serían extranjeras, o de otras provincias, de pueblo, muy humildes. Asimismo describen al cliente como el que no tiene pareja, o tiene problemas con esa pareja, impulsado por necesidades sexuales, afectivas y de diversión, por soledad y curiosidad.
El análisis nos permite descubrir la naturalización de la prostitución: es un trabajo, una elección, una vocación, ganan plata fácil, sólo los que andan en la noche pueden detectar si son obligadas, con lo que se desrresponsabilizan como clientes.  Se niega de esta forma el derecho de las mujeres en situación de prostitución a la libertad, la  dignidad y a la construcción de identidades valiosas.
Entre los  que no pagaron por sexo con prostitutas se encuentra la mayor proporción (cuatro entre seis entrevistados) de expresiones comprensivas de las situaciones que conducen a esta situación (necesidades económicas, vida difícil, no conformidad y conflictos internos). Y las características de los clientes para estos entrevistados son más descalificadoras, en tanto refieren a enfermedad, vagancia, sentimiento de inferioridad, incapacidad para manejar impulsos y deseos, moralmente reprobable, agresividad y necesidad de tener derechos sobre otras personas.
Prostitución y trata se encuentran estrechamente relacionadas, y al mismo tiempo invisibilizada la relación desigual de poder que instaura el patriarcado. Las identidades sexuadas hombre y mujer, – construídas a partir de una lógica dualista de oposiciones binarias -, suministran bases esencialistas al poder patriarcal, conduciendo a la creencia en la estructura “natural” o inevitable de sus instituciones.

Bibliografía
Gergen K. J. (1992, 1ª ed. Inglesa): El yo saturado. Ed. Paidós, Barcelona, 1993.
López Silva P. (2011): Discusiones acerca de la identidad personal ¿Fenómeno experimentado o construcción conversacional?, Universidad Pontificia de Valparaíso, http://philpapers.org/archive/LPEDAD
Melucci A. (2001): “Construcción de sí, Narración y Reconocimiento”, en Vivencia y Convivencia. Teoría Social para una era de la información. Madrid, Ed. Trotta.
Olsen, F. (2000): El sexo del derecho, en A. Ruiz (comp.) La identidad femenina y el discurso del derecho, Buenos Aires, Biblos.
Tubert, S. (2002). Psicoanálisis, feminismo y posmodernismo, en Foro de Discusión de Psicoanálisis, Estudios Feministas y Género. URL: http://www.psicomundo.com, consultado en Marzo 2012.
Volnovich, J. C. (2006): Ir de putas. Reflexiones acerca de los clientes de la prostitución, Buenos Aires, Ed. Topía.
Revilla J. C. (2003): Los anclajes de la identidad personal, Athenea Digital, N° 4.





[1]“Se trata de nosotras. La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual”,  Isla, M. y Demarco, L. (comps.), 2008, Buenos Aires, Las Juanas Editoras, y “Esclavas del poder”, Cacho Ribeiro, L., Ed. Debate. El libro de Lydia Cacho, periodista mexicana, refleja una extensa investigación basada, entre otros datos, en testimonios de mujeres y niñas víctimas de la trata, mientras que el primero es una compilación de artículos de diversos autores con diferentes inserciones sociales y miradas sobre la prostitución y la trata en América Latina.
[2] Juan Carlos Volnovich ha aportado una reflexión psicoanalítica y feminista desde la clínica sobre los clientes de la prostitución en su libro “Ir de putas” (Topía, 2006). Su aporte nos ha permitido ampliar la mirada psicosocial hacia los aspectos intrasubjetivos implicados, pero la extensión de este trabajo no nos permite reflejarlo adecuadamente.
[3] “Representación social de la trata de mujeres con fines de explotación sexual”, Noviembre 2012. Alumnas: Mastropieto, Micaela G., Muguerza Ana M. y Panaggio Romina. Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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