"Seré yo el culpable?" La trágica pregunta-conclusión a la que había llegado ese niño de diez años ante la perito psicóloga y cuya infancia fue signada por reiterados abusos sexuales de distintos adultos frente a su notable orfandad de amor y cuidado.
Cuando no hay mirada protectora y afectiva sobre un niño quedará
expuesto a los atropellos más impensados; terreno fértil para el maltrato y los
actos perversos sobre su pequeño cuerpo. Ese niño, como tantos niños y niñas que
se preguntan hoy lo mismo. No ser creídos cuando pueden expresarlo es llevarlos
no solo al territorio del perverso, sino poner sobre si mismos el espejo de
culpabilidad que destruirá su autoestima. Si no creo en mí,en lo que estoy
sintiendo; ¿soy culpable? Y allí el arma del perverso: ¡quien te va a creer!.
Esta desacreditación de la palabra de niñas y niños cuando se instala en
la Justicia genera efectos inconmensurables. No se dimensiona lo que significa
la escucha receptiva del funcionario judicial que valide aquello que ha podido
expresar en palabras, gestos, dibujos, juegos y actúe en consecuencia con
contundencia desde el rol que le corresponde. Hoy es ese niño, esa niña; en esa
infancia la semilla de su futuro adulto;
hoy es su mañana.
La experiencia me ha mostrado desde mi rol como jueza que ha significado
en la vida de niños y niñas el haber sido creídos y protegidos desde el sistema
de justicia. Y he podido observar (por el privilegio de los años en la función
y la inmediatez) como quienes en su infancia fueron abusados sexualmente por un
padre sin que hubiera condena penal, ni validación de su palabra, entran muchas
veces en un camino de vida marcado por la angustia y la desorientación que no
les permite proyectarse, no pueden ver hacia donde avanzar.
La condena penal y social es para una víctima de abusos sexuales no una
revancha, sino una puerta para la paz interior, un inicio a otra etapa de su
vida. Por tal razón también son delitos que debieran ser imprescriptibles,
lesionan al humano en su estructura psicológica, emocional, existencial para
toda su vida si no hubo contención familiar, justicia, recuperación afectiva.
Los agresores de niños y niñas se esconden especialmente en los entramados
familiares.
La "familia", pantalla social que puede dar impunidad y
omnipotencia a un adulto siniestro violento, perverso frente al infante. Niños
y niñas, criaturas mágicas, amorosas, confiadas; están allí a disposición del adulto
en cuerpo y alma. Nacen con el amor como su idioma esencial y por eso se
brindan con ternura, alegría; son nuestra única posibilidad para construir una
mejor humanidad, una historia humana sin violencia, sin mentiras, sin
perversión.
Estaba sentado frente a mí, desgarbado, mal entrazado, tan frágil en ese
asiento, aun con sus veinte años, todo fue dolor en su vida desde que su padre
abusó sexualmente de él y aun hoy sigue impune; poderoso circula por la ciudad
que ambos comparten. El no pudo, quedó atrapado en esa infancia desgarrada.
Como ese joven otros mirando un pasado donde no fueron creídos en la justicia y
por lo tanto en la sociedad. Les queda sólo el dolor y la culpabilidad frente a
quien los dañó sin consecuencia alguna. Creer en su palabra es darles la
posibilidad de JUSTICIA. Por eso si vamos a hablar de abuso sexual en la
infancia empecemos por creer su palabra, como un estandarte de justicia, para
que nunca más pueda dudar de lo que sintió, para que sean delitos
imprescriptibles, para que quien lo dañó tenga condena y no pueda decir:
¿seré yo culpable?
“¡No
ves que no sos nada! ¿Quién te va a creer?”
Si la Justicia sigue siendo ciega
a este inmenso dolor de tantos niños y niñas al dejar impune el delito que mato
sus infancias, al no creerles, será cómplice”(1)
por GRACIELA D. JOFRÉ*
10 de Noviembre de 2021
www.saij.gob.ar
Id SAIJ: DACF210198
*) Graciela Dora Jofré, Abogada y Escribana recibida
en la Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires, Argentina (1974-1978).
Jueza a cargo del Juzgado de Paz Letrado de Villa Gesell, Buenos Aires,
Argentina desde el año 1996 hasta la fecha
(1)Jofre,G."Niñas y niños en la Justicia. Abuso
sexual en la infancia.Buenos Aires (2016) Ed.Maipue.pg.114)
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